Inspirada en la calidez de las cafeterías de la costa este estadounidense y los más contemporáneos cafés parisinos, en el número 12 de la madrileña calle Castelló abrió sus puertas hace apenas dos años Fonty, una pastelería francesa que ha endulzado el corazón de la capital.
Una relajada conversación, una intensa lectura, un saludable tentempié, un exquisito dulce o un delicioso café, todo puede tener cabida en un lugar que ha sido concebido para ser la segunda casa de todo aquel que entre en él. Al frente del proyecto se encuentra la checa Marie Valdez, una chef instruida en las mejores escuelas pasteleras de París y curtida bajo la dirección del Campeón Mundial de Pastelería 2013, Fréderic Cassel.

Su mano maestra es la que mece cada una de las especialidades que prepara la casa, desde las caracolas de naranja y chocolate a los tradicionales canelés de Burdeos, desde suculentas quiches de ricotta, espinacas y piñones a los sabrosos sándwiches nórdicos con salmón ahumado, crème fraîche con cebollino y canónicos. De entre todas las exquisiteces que podemos encontrar hechas en el obrador, con la tartaleta de limón, los croissants de mantequilla y los de chocolate son un must.
En su tartaleta, hecha con una rica masa agradablemente crujiente, descansa una crema de limón de intenso sabor cuyo secreto de elaboración es emplear ralladuras del cítrico. Sobre ella, a base de agua, clara de huevo y azúcar —un merengue italiano—, con forma de flor, que se flambea hasta dorarse.

Para los croissants, el clásico más parisino, Valdez emplea la más pura mantequilla y el más intenso chocolate negro. Crujientes en su exterior y esponjosos en su interior, con una deliciosa masa hecha al estilo tradicional, con añadido de mantequilla en el caso del primero y relleno de apetitoso cacao en el segundo.
Una cuidada oferta de pastelería, con carta de comida incluida, a unos pasos del Parque del Retiro.