En la pequeña localidad italiana de Codogno, una comuna perteneciente a la región de Lombardía y muy próxima a Milán, nació en noviembre de 2010 una microcervecería que, con el paso de los años, se ha convertido en todo un referente en la escena craft transalpina, tanto a nivel nacional como internacional. Sus dos fundadores, Pietro, como maestro cervecero, y Andrea, gerente comercial, decidieron que querían crear algo nuevo, algo que realmente marcara la diferencia en el mundo de las cervezas artesanales.
De esta manera nacía Brewfist Italian Ales, con la idea primordial de llevar su pasión por la cerveza al terreno profesional y crear un proyecto que se basara en la elaboración de cervezas originales, altamente bebestibles y de la máxima calidad, sin cerrarse ninguna puerta a experimentar con nuevos ingredientes y nuevas técnicas, y siempre siguiendo su eslogan de más cerveza, más personas.
Así, en el año 2010, durante el arranque de su proyecto, lanzaron al mercado 4 referencias diferentes, todas ellas de estilo inglés (una Golden Ale, una India Pale Ale, una Milk Chocolate Stout y una Bitter). Todas ellas cervezas de altísima calidad, pero no fue hasta el año siguiente cuando realmente lograron dar el golpe con una receta mucho más extrema, creando la que a día de hoy sigue siendo su buque insignia, la Spaceman, una West Coast IPA en toda regla que supuso la introducción a la birra artigianale italiana a toda una generación de cerveceros.
Gracias al éxito cosechado con la Spaceman, la cervecería pudo crecer y expandirse, dándole la oportunidad de cumplir su objetivo vital de introducir la cerveza artesanal a un número cada vez mayor de personas. Fue en ese momento cuando Brewfist comenzó a experimentar con la que se ha convertido en otra de sus señas de identidad, las cervezas envejecidas en barrica, contando a día de hoy con 11 tipos diferentes de una gran variedad de estilos, desde una Saison hasta una imperial Stout.
Brewfist 24K, cerveza de 24 quilates desde la región de Lombardía

Pero a pesar de la importancia de la Spaceman y las posteriores cervezas barrel-aged, todo ese éxito y reconocimiento nunca habría llegado sin la primera cerveza jamás creada por Brewfist, básicamente la birra con la que empezó todo: 24K. Como se intuye por su nombre y su etiquetado, se trata de una cerveza de aspecto dorado, de extrema pureza, y elaborada con una combinación de maltas inglesas y lúpulos alemanes.
En particular, sus creadores emplean cebada de las variedades Pale y CaraMalt, mientras que el lúpulo empleado es Hallertauer Sapphir, y todo ello sin olvidarnos de la levadura Nottingham que da lugar a la alta fermentación de la cerveza. Porque, en definitiva, es una Golden Ale de una graduación bastante moderada, tan solo 4,6%, lo que la sitúa en el rango de las cervezas estilo Session. Ya sabéis, esas cervezas de bajo contenido alcohólico concebidas para beberse durante las largas jornadas de trabajo en las fábricas británicas de la Primera Guerra Mundial.
Por lo tanto es una cerveza muy ligera y fácil de beber, ideal para tomar una detrás de otra durante largas sesiones de cerveceo. En su composición además se ha añadido algo de trigo para darle un poco más de complejidad al resultado final. Por lo demás, se trata de una cerveza muy refrescante, con aromas herbáceos y un ligero retrogusto amargo, situándose su índice de amargor en torno a los 30 IBUs.
Sin duda, una cerveza de 24 quilates que bien vale su peso en oro por ser la primera referencia creada por Brewfist. Y sin duda el mejor sitio donde tomarla es en el taproom oficial de la marca, ubicado en su propia fábrica de Codogno desde hace apenas unos pocos meses, pues fue inaugurado el 18 de noviembre de 2018 para celebrar justamente el octavo cumpleaños de la cervecería y, por lo tanto, el octavo aniversario del lanzamiento de esta mítica cerveza italiana.