La Virgen Jamonera, una oda al jamón ibérico en forma de cerveza

Botella de cerveza La Virgen Jamonera sobre fondo blanco
Cervezas La Virgen
Pocas veces se unen en un mismo producto dos conceptos tan españoles como la caña de cerveza y el jamón. Este es el caso de La Virgen Jamonera, una cerveza madrileña que rinde homenaje a nuestro plato ibérico más popular.
Por Antony Peel
28 de abril de 2017
Cervezas artesanas

Si seguís habitualmente nuestras publicaciones cerveceras, ya conoceréis de sobra la historia detrás de una de las marcas de cervezas artesanales madrileñas de mayor prestigio y popularidad del momento. Hablamos de Cervezas La Virgen, el proyecto ideado por Jaime Riesgo, Ana Coello y César Pascual, tres jóvenes emprendedores que se encontraban trabajando en el sector de la publicidad en la ciudad californiana de San Francisco cuando surgió la idea de montar su propia microcervecería.

En 2011, en plena crisis y cuando muchos jóvenes españoles estudiaban la posibilidad de labrar su futuro lejos de nuestro país, Jaime, Ana y César hicieron el camino inverso, volviendo a España, concretamente a Madrid. Ahí, en Las Rozas, acabarían fundando una pequeña empresa cervecera que, con el tiempo y mucho esfuerzo, se ha convertido en todo un estandarte dentro del panorama cervecero artesanal madrileño, junto a otras cerveceras como Cibeles o La Quince, y que a día de hoy cuenta con más de 35 empleados y la capacidad de producir unos 30.000 litros de cerveza cada mes.

Este crecimiento tan espectacular en los últimos cinco años sólo puede explicarse de una manera: la excelente calidad de sus cervezas. Todas ellas son elaboradas con materias primeras de primerísimo nivel, agua de Madrid y siguiendo su consigna personal de Sin Trucos, Sin Prisas, dejando que cada proceso tarde lo que tenga que tardar, sin aditivos ni acelerantes, obteniendo cervezas que ellos mismo definen como puras, vivas, honestas y frescas, un factor que consideran diferencial respecto a otras marcas de su sector.

Pero otra diferencia importante de La Virgen comparada con otras microcervecerías, aunque quizás menos valoradas por el gran público, son sus principios medioambientales, siempre respetando el entorno y cuidando de la naturaleza. Para la elaboración de todas sus cervezas usan recursos sostenibles implementando un círculo cerrado para su ciclo productivo. De esta manera, las máquinas de la fábrica se calientan con biomasa, el grano de cocción se regala a los ganaderos locales para alimentar a sus reses, el lúpulo se usa como abono para su pequeño huerto y el excedente de agua caliente se emplea en futuras elaboraciones.

La Virgen Jamonera, una amber ale para acompañar a los mejores ibéricos

Siguiendo esas directrices mencionadas anteriormente, siempre respetando su entorno, desde su fábrica ubicada en un polígono industrial de Las Rozas, los chicos de La Virgen elaboran una decena de variedades cerveceras con gran acogida entre el público madrileño. Con Jaime a los mandos de las recetas, éstas también han alcanzado el reconocimiento que se merecían a nivel internacional, como es el caso de su Madrid Lager, galardonada con el premio a la mejor cerveza helles española de 2016, o su Carajillo Stout, considerada la mejor cerveza imperial stout de nuestro país por los jueces de los World Beer Awards 2016.

Si bien este último Carajillo Stout es una tirada especial que no se elabora habitualmente, se nos ocurren pocas comidas y bebidas tan castizas a las que rendirles tributo en forma de cerveza. Bueno sí, una, el jamón ibérico… Y como ya te estabas imaginando, La Virgen también elabora una cerveza que homenajea a este alimento tan nuestro. Pero no sólo en su nombre, ya que este néctar ha sido bautizado como La Virgen Jamonera, sino también en su color, algo rojizo, debido a las maltas tostadas usadas para su elaboración, y en su maridaje, especialmente apto para embutidos ibéricos.

La compañera perfecta del sabor ibérico.

Se trata de una cerveza de alta fermentación de estilo amber ale, es decir, una variedad parecida a las pale ale más clásicas pero en cuya producción se emplea una proporción más elevada de maltas tostadas y caramelizadas para darle ese color cobrizo tan característico. Ésta en concreto tiene una graduación de 5% y se produce empleando un solo tipo de lúpulo, dando como resultado una cerveza algo afrutada y menos amarga que otras birras de este mismo estilo.

Y como no podría ser de otra manera, resulta ser una cerveza que marida perfectamente con el jamón en todas sus formas, ya sea en plato o como ingrediente principal de un buen bocadillo, sobre todo si es ibérico, aunque según sus creadores tampoco casa mal con ningún otro embutido ni carne roja. Pero bueno, ¿acaso hay alguna cerveza que no maride bien con un buen jamón?

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