Orval, la cerveza trapense belga de la trucha y el anillo

Llenando una copa de Orval
Abbaye d'Orval
Brasserie d'Orval es una cervecería trapense belga construida dentro de los límites de la Abadía de Nuestra Señora de Orval, cuyo nombre se debe a una curiosa leyenda protagonizada por una condesa, una trucha y un anillo. Su cerveza estandarte homónima es una Belgian Pale Ale única, considerada por muchos como una de las mejores cervezas del mundo.
Por Antony Peel
26 de febrero de 2021
Cervezas artesanas

Nuestra Señora de Orval es una abadía cisterciense fundada a mediados del siglo XII, ubicada en la región belga de Gaume, en el extremo más sudeste del país, casi fronteriza con Francia. Es un lugar armonioso donde se respira una gran paz, aunque a lo largo de su historia ha vivido episodios turbulentos como su saqueo durante la guerra de los Treinta Años o su destrucción casi completa a manos del ejército francés en 1793.

De hecho, la antigua abadía permaneció en ruinas hasta el año 1926 cuando fue donada de nuevo a la orden cisterciense por parte de la familia de Harenne que la había adquirido unas décadas antes. En ese momento comenzó una gran labor de reconstrucción que se alargaría hasta mediados del siglo pasado. Unas obras costosas que requerían de una fuerte inyección económica.

Vista aérea de la Abadía de Nuestra Señora de OrvalAbbaye d'Orval

Así, en 1931 comenzó a producirse cerveza en las instalaciones de la abadía con la intención de financiar esas obras de reconstrucción y sin ánimo de obtener ningún otro beneficio económico. Todo ello bajo la supervisión del primer maestro cervecero de Orval, el alemán Martin Pappenheimer, y la contribución de los belgas Honoré Van Zande y John Vanhuele. A este último, que había vivido varios años en Inglaterra, se le responsabiliza de los modernos métodos de producción que empleaba la cervecería, incluyendo el braceado por infusión y el dry-hopping que tan de moda está hoy en día.

La primera cerveza Orval, tal y como la conocemos hoy en día, salió de la fábrica en mayo de 1932, por aquel entonces vendida solamente en barriles, y no en la característica botella con la que la identificamos ahora. Ese característico envase algo más redondeado y contorneado que las botellas tradicionales y con la etiqueta de la marca cubriendo únicamente su cuello, que nos muestra el símbolo más icónico de la abadía, el dibujo de una trucha con un anillo en la boca, con una curiosa historia detrás.

Cuenta la leyenda que la condesa Matilde de Toscana, una noble italiana del siglo XII, perdió su anillo de bodas en la fuente ubicada en las inmediaciones del actual emplazamiento de Orval. Ya lo había dado por perdido pero rezó a Dios para recuperarla, prometiendo construir una grandiosa abadía si así ocurría. De repente surgió de la fuente una trucha sujetando el anillo provocando que Matilde exclamara ‘este lugar es un auténtico valle de oro (val d’or)’. Este hecho difícilmente comprobable es el origen del nombre de la abadía y de su iconografía más representativa.

Vidriera con la emblemática escena de la trucha y el anilloAbbaye d'Orval

Dejando las leyendas populares de lado, obviamente l’Abbaye Notre-Dame d'Orval ya ha sido plenamente reconstruida, pero no por ello se ha dejado de elaborar y vender su cerveza, a pesar de que su intención inicial era sufragar ese gasto. Eso sí, sigue produciéndose con el único propósito de mantener la comunidad religiosa de la abadía y para fines solidarios, nunca para obtener un beneficio económico. Si a eso le sumamos que sigue elaborándose dentro de una abadía y bajo la supervisión de los monjes que ahí habitan, estamos hablando de una de las pocas cervezas trapistas o trapenses que existen a nivel mundial.

Orval: auténtica cerveza trapense de la región belga de Gaume

Y por ello tiene derecho a lucir el sello de Auténtico Producto Trapense, concedido por la AIT (Asociación Internacional Trapense) de la que es fundador junto a las otras grandes cinco marcas belgas de esta naturaleza, a saber, Achel (que recientemente ha perdido su sello de Authentic Trappist Product), Rochefort, Chimay, Westvleteren y Westmalle, además de La Trappe (Países Bajos) y Mariawald (Alemania). A día de hoy son poco más de una docena de cervecerías en todo el mundo las que tienen el honor de ser miembros de este selecto club, entre los que también cabría mencionar la afamada Spencer Brewery de Estados Unidos o Tre Fontane en Italia.

Volviendo a lo que es la cerveza en sí, ésta se encuadra dentro del estilo Belgian Pale Ale, una cerveza rubia de alta fermentación elaborada con agua de la Fuente Matilde, la misma a la que supuestamente se le cayó el anillo a la condesa, maltas pale y una pequeña proporción de maltas caramelo, lúpulos de las variedades alemanas Hallertau, eslovenas Styrian Goldings y francesas Strisselspalt y una cepa de levadura de la familia de las Brettanomyces.

Botella y copa de OrvalAbbaye d'Orval

El proceso de elaboración es bastante minucioso y complejo, pero en líneas generales podemos decir que destaca por la adición de caramelo líquido justo antes de la fermentación del mosto frío, una segunda fermentación en los tanques de guarda, el empleo de la técnica de dry-hopping ya mencionada anteriormente para dar más sabor y aroma a la cerveza, el centrifugado de la misma para retirar levaduras muertas y partículas en suspensión, y la adición de azúcar y levaduras vivas justo antes del embotellado para producir una tercera fermentación en botella que dura de tres a cinco semanas.

El resultado es una cerveza única, con un carácter especial, de color claro aunque algo turbio y una graduación alcohólica del 6,2%. Sus características gustativas varían según el tiempo de maduración. Una cerveza Orval tarda aproximadamente dos meses en estar lista para su consumo desde el mismo momento del comienzo del proceso. En este caso, se trata de una cerveza joven, mucho más afrutada, en la que se percibe el lúpulo fresco, más ligera y en la que el amargor es bastante más pronunciado.

En cambio una Orval madurada en su botella durante seis meses, como las que venden directamente en la abadía o las cafeterías cercanas, es una cerveza que combina fragancias a levadura y lúpulos envejecidos, algo más ácida, precisamente debido a la cepa de levadura empleada, que compensa el sabor acaramelado original. Aunque lo cierto es que da igual si bebemos nuestra Orval recién salida de la cervecería o tras guardarla años en nuestra despensa, en todo caso estaremos catando una cerveza extraordinaria que por fortuna para nosotros no es tan inaccesible en España como otras cervezas trapenses, pues la empresa Cervebel S.L. se encarga de su importación y distribución en nuestro país.

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