Casuar Bubo, el búho real segoviano con alas de lúpulo y malta

Caja y botella de Casuar Bubo
Casuar Artesan-Ales
Bubo, búho en latín, es la cerveza American Pale Ale elaborada por Casuar, una microcervecería segoviana ubicada en el corazón del Parque Natural de las Hoces del Río Riaza.
Por Antony Peel
19 de julio de 2019
Cervezas artesanas

El Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, situado en el extremo noreste de Segovia, muy cerca del límite provincial con Burgos, es uno de los lugares de mayor valor botánico y morfológico de la Península Ibérica, aunque destaca sobre todo por su gran variedad de fauna, especialmente de aves rapaces como es el caso del buitre leonado. De hecho, en su interior alberga la colonia de estas aves más grande de Europa en un refugio fundado por Félix Rodríguez de la Fuente, convertido en todo un ejemplo de conservación de la naturaleza.

En uno de los municipios que abarca el parque natural, Montejo de la Vega de la Serrezuela, se encuentran además los famosos restos del Monasterio de El Casuar, uno de los puntos más bellos de este paraje, y que da nombre a la microcervecería protagonista de estas líneas. Casuar Artesan-Ales es el pequeño proyecto cervecero de César Alonso y Cristina Sanz, quienes en 2016 decidieron dejar atrás sus respectivos trabajos, él era soldador y ella trabajaba en el mundo farmacéutico, para embarcarse en esta apasionante aventura.

Una aventura que se basa en una producción cervecera relativamente pequeña, unos 20.000 litros anuales, de siete variedades fijas, lo que además les permite experimentar con futuras recetas que podrán añadir paulatinamente a su catálogo. Cervezas todas ellas que destacan por usar materias primas de proximidad, de hecho, muchos de esos ingredientes son producidos por ellos mismos. Gracias a sus conocimientos de agricultura y a las condiciones climáticas y de suelo de la zona, disponen de su propia plantación de lúpulo, y a medio plazo su objetivo es incluso poder maltear su propia cebada.

Todo ello tiene mucho que ver con lo identificados que se sienten con su entorno y por ello no extraña la presencia precisamente de un buitre en el logo de la marca. Su idea no solo es producir cervezas de gran calidad, algo que ya hacen, sino también fomentar el desarrollo rural aportando su granito de arena para dar a conocer ese entorno en el que viven y trabajan, y que aún resulta un gran desconocido para el gran público.

Con esa idea en mente, no dudan en organizar visitas y catas en su fábrica de Montejo donde explican en detalle el proceso de elaboración de sus cervezas artesanas, para posteriormente pasar a la fase que más gusta a sus visitantes, la de la cata y degustación, ayudando así a fomentar la cultura cervecera. Algo que esperan poder hacer muy pronto desde su propio brewpub en la localidad cercana de Aranda de Duero donde sus cervezas cosechan un gran éxito a pesar de ser una región eminentemente vinícola.

Bubo, una APA ligera y refrescante nacida a orillas del Río Riaza

Botella y vaso de Casuar BuboCasuar Artesan-Ales

Y precisamente una de esas cervezas que tanto éxito están logrando es esta Bubo, búho en latín, otro pequeño guiño a su entorno y a las aves que habitan el parque natural, y que además protagoniza la etiqueta de la botella. Se trata de una cerveza de estilo American Pale Ale monovarietal, es decir, elaborada con una sola variedad de lúpulo americano, en este caso Cascade, culpable del predominio de aromas y sabores a fruta tropical, cítricos y uva.

Es una cerveza de color ámbar, del mismo tono que los ojos del búho real del etiquetado, de aspecto limpio y cristalino, de burbuja fina y carbonatación media. Elaborada con maltas pale y crystal, su graduación alcohólica se sitúa en torno al 5,2%, mientras que tampoco resulta excesivamente amarga, con unos 30 IBUs.

La razón principal es que gran parte del lúpulo empleado se adiciona en dry hopping, potenciando el aroma en lugar del amargor. Aroma en el que, como ya hemos comentado antes, predominan las notas a frutas tropicales, con mención especial para el mango y los cítricos, aunque también se percibe algo de caramelo debido al uso de maltas caramelizadas, que además le proporcionan un sabor algo dulzón.

En definitiva, se trata de una cerveza APA suave, limpia y sedosa, a la par que ligera, refrescante y equilibrada, pues balancea perfectamente el amargor del lúpulo con el dulzor de la malta, que nos invita a seguir bebiendo una tras otra.

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