A orillas del río Turia también se está viviendo una auténtica revolución cervecera. Aún lejos del impacto de otras ciudades pioneras, como Barcelona, en Valencia hay cada vez más cultura de cerveza artesanal, con diferentes fabricantes, bares y brewpubs ya asentados y nuevos actores apareciendo cada año. Uno de los que más tiempo lleva en la escena craft valenciana es Birra & Blues, un proyecto nacido en 2011 de la imaginación y el esfuerzo de Casto Giagnorio, un milanés afincado en el levante español desde hace más de 30 años.
Siempre inmerso en el mundo de la hostelería, Casto decidió abrir un local en la Playa de la Patacona de Alboraia bajo el nombre de Spaghetti & Blues, un restaurante italiano en el que se prestaba especial atención a la cerveza, con una amplia carta de birras de importación. Esa primera aproximación hizo germinar la idea de fabricar su propia cerveza y tras varios años de estudio, análisis del mercado y aprendizaje, nacía la marca Birra & Blues.
Casto no comenzó como homebrewer como hacen muchos otros principiantes, sino que apostó directamente por el montaje de una fábrica y, asistido por maestros cerveceros traídos desde Italia, empezó a elaborar cervezas en un espacio anexo de su restaurante, a la vista de toda la clientela, con la idea de servirlas y venderlas in situ, aunque sus expectativas iniciales pronto acabarían desbordándose.
Esas primeras cervezas de estilos muy básicos como una rubia, una tostada y una doble malta, concebidas para el mundo de la hostelería pronto alcanzaron notoriedad internacional en diferentes certámenes cerveceros, lo que le animó a experimentar con otros en los que el lúpulo cobra mayor protagonismo, como las IPAs y las APAs.
Prácticamente 8 años después de esa primera incursión en el mundo de la cerveza, Birra & Blues ha llegado a cotas insospechables por aquel entonces. Sus cervezas ya no se fabrican en su local de la playa, sino que la elaboración se ha trasladado a unas modernas instalaciones en un polígono industrial de Massalfassar, a las afueras de Valencia. De hecho, ya no sólo dispone de aquel restaurante italiano a orillas del mar, sino que también cuenta con un nuevo local en pleno centro de la ciudad, desde donde uno puede observar el majestuoso Mercado Central y la no menos imponente Lonja de la Seda desde su terraza.
Y con la incorporación de David Frá, Presidente de la Asociación de Cerveceros Valencianos y Vicepresidente de PROAVA, primero como jefe de marketing y ahora como CEO, la marca valenciana ha dado otro salto de calidad, apostando por unas señas de identidad muy reconocibles y una filosofía muy marcada, como es el combinar la cerveza con música, dos de las grandes pasiones de su fundador.
Espoleado por el propio nombre de la marca, la música blues juega un papel importantísimo en su identidad, con referencias bautizadas en honor a leyendas como John Lee Hooker y BB King. Pero la marca también mantiene una estrecha relación con otros estilos musicales, de hecho, ha firmado contratos con grupos como Barón Rojo o Mago de Öz para fabricar las cervezas oficiales de estas bandas. La cerveza y la música nunca habían maridado tan bien.
IPA Blues, la mejor India Pale Ale inglesa de España

Pero no estamos aquí para hablar de su BB King American Red IPA, de su John Lee Blues Strong Ale, de su Barón Rojo Irish Red Ale o de su Mago de Öz Blonde Ale, sino de la que ha sido designada por los jueces de los World Beer Awards 2019 como la mejor English IPA de España, es decir, la mejor India Pale Ale de estilo inglés fabricada dentro de nuestras fronteras.
Lo cierto es que no se trata del primer galardón de prestigio para esta cerveza, aunque sí la primera vez que saborea el oro tras sus medallas de bronce en el Barcelona Beer Challenge y el Dublin Craft Beer Festival. Un reconocimiento a una de las mejores IPAs españolas y una de las referencias ideales para comenzar a dar nuestros primeros pasos en el mundo de las India Pale Ales.
Como decíamos, se trata de un ejemplar de la variante británica de las IPAs, una cerveza muy aromática y bastante amarga, cuantificada en 44 IBUs. Ese aroma y amargor se debe en gran parte a las seis variedades de lúpulo empleadas durante su elaboración, dos de las cuales se adicionan en la fase de dry hopping, para intensificar aún más ese aroma que destaca por sus toques florales y cítricos.
Además de lúpulo, en su fabricación se emplean tres variedades de maltas, ninguna de ellas demasiado tostadas, dando lugar a una cerveza rubia de aspecto pálido y claro, de espuma blanca y persistente. De sabor resulta igualmente floral y cítrico, con un final algo seco. En términos generales, con una graduación alcohólica del 5,5%, resulta una cerveza muy refrescante y equilibrada en la que predominan los sabores y aromas a lúpulo y que marida a la perfección con carnes a la parrilla y alcachofas.