Arara, la otra casa de Diego Gallegos en Fuengirola

Arara quiere ser la contrapartida de Sollo. Diego Gallegos ha imaginado así su nuevo proyecto en la malagueña Fuengirola, fruto de la unión con el complejo hotelero Reserva del Higuerón. El restaurante será un lugar en el que «el chef del caviar» se divertirá creando, de forma más informal, sin los rigores que exige un gastronómico con estrella Michelin como el que comanda en el mismo enclave.

La propuesta del espacio, que abrió sus puertas a principios del mes de abril, será un recorrido por la infancia, los viajes y las influencias del cocinero. Un concepto repleto de cosmopolitismo que principalmente establecerá una conexión entre cocinas del mundo. La fusión de esencias culinarias brasileñas, peruanas, andaluzas y orientales.

Arara

Tomando como nombre la denominación de un ave propia del país lusófono del que es originario, Brasil, el bistro bar ofrece platos frescos y sumamente atractivos. Recetas que llevan de viaje al comensal a través de sabores chispeantes, de eminente carácter sudamericano, con la intención de que se compartan. Por eso se han creado versiones para dos personas, para que puedan colocarse en el centro de la mesa degustándose en comunión.

Arara

A sus mesas, con impresionantes vistas a la bahía de Fuengirola, llegan platos como la BBQ Koreana, un salmón en adobo y frito con ajetes tiernos y salsa barbacoa sobre un pan de pita y salsa criolla; las patatas fritas con una espuma de huancaína; el bocata de chicharrón peruano con salsa criolla y camote glaseado con mahonesa de ajo negro y rúcula; las ostras con leche de tigre de ají amarillo y cilantro; un curry tradicional con estofado de lengua de vaca… Así como un arroz, como el arroz pilaf con pollo y setas con queso curado, o una feijoada, el plato de cuchara típico brasileño con frijoles negros.

Arara

En el restaurante Arara tampoco se olvidan de los postres y en carta encontramos el de avellana y chocolate, descrito como «una delicia similar a la Nocilla», preparado «para compartir»; o la versión particular de Diego Gallegos de tartas como la de queso o la de limón, que se presenta en diferentes texturas.

Equilibrio, innovación continua y producto inmejorable son las claves del nuevo proyecto de uno de los chef más preocupados por la investigación y la experimentación tras los fogones.