La visita a Lekunberri vale la pena de por sí teniendo en cuenta que hablamos de uno de los pueblos reconocidos turísticamente por su belleza. Desde allí se encuentra a tiro de piedra la sierra de Aralar, se puede visitar la cueva de Mendukilo de Astiz o recorrer la vía verde del Plazaola, la antigua vía de tren que unía Pamplona y Donostia. Un paseo por sus calles seguramente nos lleve hasta el asador Epeleta en busca de una cocina de mercado elaborada a la parrilla que mucho tiene que contar. Si templos del producto son llamados los restaurantes donde la materia prima es sobresaliente, sobrepasar las puertas de este caserío navarro tradicional rodeado de jardines es entrar en una verdadera catedral.
La historia de Epeleta comienza en el puerto de montaña de Azpíroz en 1980, donde Francisco Ansorena fundó el negocio junto a su mujer Laura Lirrazalde. Ansorena, Paco para los amigos, fue pelotari y encontró en su otra gran pasión, la gastronomía, continuación a su carrera. 18 años después y, según ellos mismos cuentan, movidos por el desarrollo de la autovía que une Donostia con Pamplona, se trasladaron hasta Lekunberri, a medio camino entre ambas ciudades, donde ahora imparte la cátedra del fuego vivo la segunda generación de la familia, las hijas de Paco, Amalur y Oihane, quienes han logrado situar el restaurante en las listas de mejores asadores de nuestro país manteniendo el rigor de siempre a la hora ofrecer el mejor producto haciendo de la cocina arte.

La cocina a la brasa a la vista del comensal permite intuir el ir y venir de quienes hace posible el festín al otro lado del cristal. Epeleta es un establecimiento de corte tradicional al estilo de los grandes comedores navarros donde la piedra y la madera de las antiguas vigas imponen, un diseño que evoca el aspecto de los antiguos graneros. El lugar perfecto para disfrutar de esa cocina casera y de siempre que nos proponen desde el primer minuto.
La brasa es la gran protagonista de la propuesta gastronómica, centrada en una cocina de mercado donde carnes y pescados se complementan a la perfección. En Asador Epeleta son expertos en chuletas y solomillos, también en grandes clásicos del mar como el bacalao, el rape, el besugo o el rodaballo, siempre a la parrilla. Todo al rojo del fuego vivo. Pero antes, para atemperar, un consomé de gallina o unas alubias rojas de Tolosa con sus sacramentos, reconfortantes en días de gélido sentir, morcilla de verduras o chistorra, espárragos de Navarra, pimientos de Guernica o un salteado de hongos ya nos cuentan mucho de la historia culinaria de nuestro entorno.

El punto dulce transita entre cuajadas, quesos de Aralar con membrillo, leches fritas, tejas y cigarrillos de Tolosa, pantxinetas o tartas finas de manzana. Las delicias necesarias para completar una comida o cena en este imprescindible de la cocina más primaria y esencial que podemos disfrutar.
Asador Epeleta
Calle Aralar, s/n31870 Lekunberri (Navarra)
948504357
www.asadorepeleta.com
Asador
40€-100€