Las fresas, conocidas por su sabor dulce, su forma tan peculiar, su jugosidad y su llamativo color rojo, son el fruto de una planta herbal, el fresal, y pertenecen a la familia de las rosáceas, un grupo de frutos del bosque al que también pertenecen otras frutas como las frambuesas o las grosellas. La temporada de recolección de la fresa suele ser en primavera y verano, por eso ahora es el momento perfecto para encontrar fresas frescas y sabrosas en los mercados y supermercados, listas para ser disfrutadas en una gran variedad de recetas con fresas como el smoothie de fresa, la tarta de fresas o unos Petit Suisse.
Como ya sabrás, es muy importante lavar las fresas adecuadamente antes de consumirlas, aunque es más importante aún el momento de limpiarlas: justo antes de comerlas y solo aquellas que vayamos a comernos, ni más, ni menos. En esta limpieza es también cuando retiramos el rabito verde de la fresa pero rara la vez lo quitamos bien y sin destrozarla. Para ayudarte a mantener la estética de tus fresas y que la presentación sea de 10 te contamos un trucazo para quitar el rabito rápidamente y sin hacer ningún destrozo.
Cómo deshacerte del rabito de la fresa rápidamente
Aunque parezca algo insignificante, hay que quitar el rabito de la fresa antes de consumirla ya que, al estar en contacto directo con la tierra o con posibles pesticidas durante el proceso de cultivo puede acumular suciedad. Al retirar el rabito nos aseguramos de eliminar cualquier rastro de impurezas y garantizamos un consumo más seguro. Además, en términos de estética culinaria, cuando las fresas se presentan sin rabito lucen más apetitosas.
Lo que ocurre es que generalmente no tenemos cuidado a la hora de quitar este rabito verde. Tiramos de él con fuerza para arrancarlo y, claro, la fresa se estruja entre nuestras manos. Al final la fresa termina un poco (bastante) destrozada. Para que puedas quitar los rabitos de tus fresas en segundos y sin hacer más destrozos te vamos a contar cómo hacerlo.
El truco consiste en coger una pajita de plástico y, colocándola con mucho cuidado en la base de la fresa, presionar suavemente hacia arriba para atravesar la pieza a lo largo. Cuando llegues a la parte superior, donde está el rabito, sigue haciendo presión: al salir habrá arrastrado el rabito verde y se lo habrá llevado a su paso, sin esfuerzos y sin dañar la fresa (que era lo que queríamos).
