La miel se obtiene de la recolección del néctar de las flores por parte de las abejas melíferas, las cuales luego lo transforman mediante procesos enzimáticos dentro de la colmena. El resultado, un edulcorante natural deliciosamente dulce, lleno de sabor y con propiedades únicas para la salud. De hecho, se ha utilizado durante siglos en medicina tradicional por sus posibles efectos antibacterianos y antiinflamatorios.
En la cocina, la miel es un ingrediente versátil que se usa en recetas dulces como el flan de miel o las tradicionales torrijas con miel de Semana Santa, y en recetas saladas como unos tiernos muslitos de pollo a la miel. Muchas personas también la consumen como sustituto del azúcar y la echan en el café o en el té para endulzarlos. Hay numerosas recetas con miel de las que puedes disfrutar.
Otra de las características más reconocibles de la miel es su textura pegajosa. Porque la miel será muy suave y dulce, pero cuando metes la cuchara en el bote para coger un poquito, se queda pegada por todos lados y a veces no sale de la cuchara. ¿La solución? En las próximas líneas.
Haz esto y la miel ya no se quedará más pegada en la cuchara
La miel es un ingrediente natural que siempre está presente en todos los armarios y despensas de la cocina, aunque con todo el jaleo que tienes que montar para coger una cucharita se te quitan las ganas. Y es que la miel, al contener poca cantidad de agua apenas retiene humedad en su interior, lo que le confiere esa textura viscosa y pegajosa que hace que se quede pegada en todos lados y que cueste tanto despegarla. Lo peor es que desperdicias una cantidad considerable y no está la cosa para eso.
En cuanto descubrimos este truco para separar la miel de la cuchara, vimos claramente que teníamos que compartirlo sí o sí. En primer lugar, antes de meter la cuchara directamente en el tarro de miel, lo que debes hacer es untarla con un poquito de aceite de oliva. Para ello, vierte un par de gotitas sobre la cuchara y muévala despacio para que se esparza por toda la superficie.
Por último, lo que tendrás que hacer será meter la cuchara en la miel, sacarla e irte al recipiente donde la vayas a usar: en cuanto vuelques un poquito la cuchara para vaciarla, verás cómo la miel se despega rápidamente por sí sola y sin dejar rastros en la cuchara.
