La manera más fácil y rápida de desmoldar una gelatina

3 gelatinas de diferentes sabores (frambuesa, melocotón, plátano) sobre un plato y algunas frutas alrededor
Canva
La gelatina es un postre muy ligero y refrescante perfecto para quitarnos el antojo de dulce. Hay gelatinas comerciales, pero las caseras están más ricas y, además, son fáciles de preparar, aunque el momento de desmoldarlas no es tan «fácil».
Por Sonia Dorado
04 de abril de 2024

Sabemos que puede sonar extraño, pero la gelatina se obtiene a partir del colágeno de huesos y tejidos animales, generalmente de cerdo o vaca. A pesar de este origen tan peculiar, incluso difícil de creer, el resultado es un postre ligero, dulce, refrescante y con una textura un tanto divertida que a todos nos encanta, tanto a niños como a mayores.

Aunque por sus características y propiedades se utilice mucho como ingrediente culinario para dar movimiento y añadir suavidad a un gran número de recetas, como la bavaroise (crema bávara) o el áspic de frutas, la gelatina saborizada se consume también como postre individual. De hecho, es muy fácil de preparar en casa y se puede personalizar con infinitas combinaciones de sabores y colores. ¿El problema de hacer gelatina casera? Al momento de desmoldarla, como no sepas hacerlo bien, cae en el plato rota y sin forma. He aquí la solución.

Cómo desmoldar una gelatina fácilmente

En líneas generales, cuando hacemos gelatina casera partimos de una elaboración líquida que repartimos en moldes para darles una bonita forma. Después, debemos dejar estos moldes reposando en la nevera (el tiempo estipulado según la receta que estemos preparando) para que el líquido se enfríe y cuaje. Hasta aquí, todo bien.

Gelatina casera de limónDamián Serrano

El problema surge cuando la gelatina ya está cuajada y llega el momento de desmoldarla. Vale, te la puedes comer directamente del molde, pero lo divertido de la gelatina es verla «temblar» en el plato y cómo se mueve cada vez que metes la cuchara en su interior. Puede pasar que la jugada no te salga tan bien como esperabas y que, al intentar sacarla del molde, se haya quedado pegada en sus paredes y una de dos: o no sale de lo pegada que está, o cae en el plato rota y deformada.

Para que esto no te pase más y puedas disfrutar de una gelatina perfecta, te aconsejamos lo siguiente. Echa agua caliente en un recipiente e introduce el molde hasta la mitad. Hazlo con mucho cuidado para no salpicar directamente tu gelatina con el agua caliente. Deja la mitad del molde sumergido durante 5 segundos, el calor hará que los bordes de la gelatina se derritan fácilmente.

Coloca un plato en una superficie plana, pon el molde de gelatina sobre él y gíralo vigorosamente. La gelatina debería caer automáticamente en el plato. Si no lo hace, dale unos golpecitos al molde para que se termine de despegar. Y si no hay éxito, vuelve a meter el molde en agua caliente durante 5 segundos y repite el proceso hasta que la gelatina se deslice sola. Es mejor que lo hagas en intervalos cortos, si dejas el molde mucho tiempo en agua caliente la gelatina podría derretirse demasiado.

Por último, recalcar que es muy importante que tengas en cuenta el material de tus moldes de gelatina. Este método para despegarla es apto para todos los materiales, pero si son de metal, como es conductor de calor, deberás introducirlos menos tiempo en el agua caliente que si son de cristal o plástico.