Bien apreciados en nuestro país, los langostinos son uno de los crustáceos más accesibles en el mercado ya que podemos encontrarlos todo el año. Además de estar deliciosos simplemente en forma de langostinos cocidos o a la plancha, combinan también con diferentes tipos de alimentos que se pueden incluir en infinidad de recetas como unas verdinas con langostinos o unos pimientos del piquillo rellenos de langostinos.
Si bien podemos encontrar en el mercado los langostinos pelados, limpios y congelados, a decir verdad, para determinadas recetas es incluso mejor comprarlos con la cáscara, ya que así podremos aprovecharla para dar más sabor al plato plato. Sin embargo, nos pueda resultar tedioso tener que pelar y desvenar todos los langostinos a mano uno a uno, y más aún si no tenemos claro del todo cómo se hace. Veremos que con unos sencillos trucos, pelar y desvenar langostinos nunca fue tan fácil. La herramienta indispensable será un cuchillo pequeño con la punta bien afilada.
¿Qué es exactamente el hilo negro del langostino?
Lejos de lo que podamos pensar, no es una vena ni nada por el estilo, sino el intestino del crustáceo. Aunque no suponga ningún riesgo para la salud y pueda comerse, lo cierto es que se caracteriza por un desagradable sabor amargo y una textura arenosa que para nada es recomendable al paladar. Por ello lo mejor será retirarlo cuidadosamente antes de cocinar los langostinos.
Cómo pelar y desvenar el langostino, paso a paso
Para empezar da lo mismo que el langostino esté crudo o cocido, todo dependerá de lo que tengas entre manos porque hay innumerables recetas con langostinos en la gastronomía internacional. Eso sí, si están recién hechos, lo mejor será dejarlos enfriar. Para ello, podemos esperar unos 10 minutos dejando los langostinos escurrir a temperatura ambiente, o bien hacerlo como en las cocinas profesionales con un truco infalible para cortar la cocción de los langostinos tan simpe como eficaz: sumergirlos en agua con hielo 1 minuto una vez hayan terminado de cocerse.
Quitar la cabeza
Atención con este primer paso porque a veces nos puede salpicar, por eso recomendamos usar siempre un delantal para evitar manchas indeseadas. Retorceremos suavemente el langostino para separar la cabeza del cuerpo. Para ello sujetaremos la cabeza con una mano, y el cuerpo con la otra, de manera que al girar las manos en direcciones opuestas, se separen con facilidad
Retirar las patas
Agarraremos las patas con los dedos, empezando por las que están en la parte superior y tirando hacia abajo. Repetiremos el proceso hasta quitar todas las patas.
Quitar la cáscara
Tiraremos del caparazón hacia atrás para retirarlo del cuerpo del langostino, y para que sea más sencillo, podemos hacerlo por partes avanzando por la curva del langostino hasta llegar a la cola. Una vez hayamos separado el caparazón del cuerpo, podemos estirarlo para liberarlo de la cola, o dejarla si la receta lo requiere.
Retirar el intestino
Antes que nada haremos una pequeña hendidura en la parte superior del cuerpo del langostino a lo largo como si fuésemos a dividirlo en dos partes. Para retirar el intestino y que salga entero, tendremos que agarrarlo por el extremo con la punta de un cuchillo pequeño de manera que al tirar hacia atrás, salga sin romperse. En caso de que se rompa no pasa nada, sólo tendremos que hacer otro pequeño corte en la carne para localizarlo y repetir el proceso.
