El arroz blanco o hervido es una de las comidas o acompañamientos más versátiles. Utilizado para numerosas recetas con arroz como el arroz con leche, el arroz pilaf o el arroz a la cubana. Quizá para estas recetas o cualquier otra hayas hecho alguna vez una cantidad de arroz cocido tan grande que, para consumirlo, tendrías que haber comido lo mismo durante días.
O puede que en algún momento te hayas preguntado si podrías haberlo dejado preparado el fin de semana para acompañar tus platos los días laborales sin tener que repetir el proceso de hervirlo siempre que quieras comerlo en una suerte de batch cooking arrocero. En cualquiera de los dos casos, congelarlo es una de las mejores opciones para que no pierda sus propiedades y sea seguro para el consumo.
El arroz es un alimento que puede congelarse sin problema, pero se han de seguir unos pasos para hacerlo correctamente y que conserve la textura, el sabor y la consistencia que queremos. Como apunte, el arroz de variedad granulada es mejor para congelarlo, y si ya tienes pensado hacerlo, mejor dejarlo al dente, y dejarlo enfriar unos minutos antes de empezar el proceso.
Cómo congelar y descongelar el arroz hervido
Hay dos formas de congelar el arroz. La primera es la congelación plana. En ella, el arroz cocido se coloca en bolsas de congelación hermética, se aplana y se cierra. Ya dentro de la bolsa, se intenta hacer una pequeña separación con un cuchillo sin cortar la bolsa y se coloca en el congelador en plano. La segunda manera de congelar el arroz es creando bolas con las manos, que se introducen después en las bolsas herméticas para congelador. Un truco para que no se peguen es utilizar papel de aluminio, así será más fácil sacarlas después.
Cuando ya tengas muy claro qué receta vas a preparar y qué cantidad de raciones pretendes hacer, podrás descongelar las porciones de arroz necesarias. Para ello tienes varias opciones como calentarlo en el microondas o la mejor, dejarlo en la nevera unas horas. Nunca lo descongeles a temperatura ambiente ya que podrías promover la aparición de bacterias. También está prohibido volver a hervirlo, ya que lo dejaría blando y pastoso. Lo que sí puedes hacer es cocerlo al vapor, freírlo o calentarlo con una salsa.
