Las ensaladas son una opción fantástica cuando necesitas una comida rápida, saludable, deliciosa y nutritiva. Son muy fáciles de preparar, las tienes listas en cuestión de minutos y puedes agregarles prácticamente cualquier ingrediente que tengas a mano en tu cocina, así que vienen muy bien para aprovechar restos de otras recetas sobrantes que tengas en la nevera.
Un ingrediente básico en cualquier ensalada son los brotes verdes, los cuales no son solo esenciales por su aporte de frescura, sabor y textura crujiente sino también por su gran valor nutricional. Al ser las primeras hojas comestibles de una planta estos brotes están llenos de nutrientes concentrados como vitaminas, minerales y antioxidantes. Por eso, al ser un básico de las ensaladas, siempre viene bien tener en la nevera algún que otro paquete de brotes verdes. Si quieres que te duren frescos más tiempo, aplica este truco.
Truco para conservar los brotes verdes de paquete más tiempo
Los brotes verdes, como la rúcula, los canónigos o la lechuga batavia son ideales para añadir algo de textura crujiente a las ensaladas. Al ser ingredientes tan socorridos es recomendable tener alguna que otra bolsa de brotes verdes de las que venden en los supermercados en la nevera. Y es que en este formato están listos para sacarlos de la bolsa y comerlos ya que suelen venir lavados y listos para su consumo.
Eso sí: por muy socorridos que sean los brotes verdes en la cocina, en cuanto abres la bolsa, coges un puñado, la cierras bien con una pinza y la vuelves a meter en la nevera empiezan a estropearse y tienes que tirarlos. Esto ocurre porque, básicamente, estos brotes son plantas jóvenes en su etapa inicial de crecimiento y siguen respirando incluso después de ser cosechados y empaquetados. Al abrir la bolsa, entran en contacto con el oxígeno y la luz, lo acelera su proceso de descomposición.
Si no quieres desperdiciar más brotes verdes y quieres mantenerlos frescos durante más tiempo, te aconsejamos que pruebes el siguiente truco: coge un trocito de papel absorbente de cocina, dóblalo, mételo en el interior de la bolsa y ciérrala con una pinza. El papel se encargará de absorber la humedad y de mantener las hojas crujientes e intactas por más días.
