El jengibre, perteneciente a la familia de las zingiberáceas, como la cúrcuma o el cardamomo, es un rizoma, una suerte de tallo con forma de tubérculo del que nacen ramas y raíces. Es muy conocido en todo el mundo gracias a sus propiedades medicinales y a su sabor cítrico y picante que tanto gusta usar en cocina.
Hace siglos que lleva usándose en la cocina asiática pero, poco a poco, es cada vez más común su consumo en Occidente. De hecho, lo usamos en platos dulces, platos salados e, incluso, en bebidas como infusiones. Eso sí, da igual en qué receta lo vayas a emplear, es una lucha cuando toca pelarlo con esa forma tan irregular a la que no sabemos muy bien por dónde meterle mano para quitarle la piel. Menos mal que hemos descubierto un truco que la quita al momento y sin malgastar el jengibre. Necesitarás un utensilio de cocina que usas para tomar el café.
Cómo pelar el jengibre sin cuchillo ni pelador de verduras
Una de las características más distintivas del jengibre es su forma irregular, llena de recovecos y salientes. Y son estas irregularidades las que nos impiden poder quitarle su piel con un cuchillo o con un pelador de verduras, ya que si usamos una de estas dos herramientas de cocina, nos llevaríamos la mitad de su piel y nos quedaríamos casi sin jengibre.
Lo bueno es que existe una forma muy sencilla de pelar el jengibre rápidamente y sin desperdiciar un gramo y sería usando una cucharilla de café. Lo único que tendrías que hacer sería rascar la piel del jengibre con la cucharilla suavemente. Al ser una piel tan fina saldrá al momento con el roce de la cucharilla. Una vez tengas el jengibre pelado ya lo tienes listo para cortarlo como más te guste, en trozos o en láminas, por ejemplo.