Las abuelas son las grandes protagonistas de nuestra infancia. Y si de algo saben las abuelas es de cocina, no hay nadie que les robe el título de mejores cocineras del mundo. Da igual la receta que preparen, dulce, salada, de cuchara o un simple bocadillo, no existe sabor que lo iguale porque todas cuentan con un ingrediente secreto: su amor.
Si a este amor que las abuelas ponen en cada receta le sumamos su sabiduría popular, esa que va pasando de generación en generación y de abuelas a madres y de madres a hijas, el plato que nos ponen por delante es de estrella Michelin. Entre esta sabiduría popular de las abuelas debemos destacar sus trucos de cocina, fáciles y salvadores. Uno de ellos, y quizás uno de nuestros favoritos porque ahorra mucho tiempo y disgustos, es esta forma tan original de separar las claras de las yemas de los huevos: te vas a quedar con los ojos como platos cuando descubras cómo lo hacen.
El truco de las abuelas para separar las claras de los huevos
Fritos, revueltos, en tortilla, cocidos, pochados. Los huevos se pueden comer de mil y una formas diferentes y hay recetas con huevos para todos los gustos, a cual más deliciosa. Pero por muy beneficioso que sea el huevo para nuestra salud y por mucho que nos guste su sabor, el momento en el que nos toca separar las claras de los huevos en algunas recetas, suele ser un poco complicado y es difícil conseguir un buen resultado. Si lo has intentado ya varias veces sin éxito, es porque nunca has probado este truco de abuela.
Para poner este truco en práctica, deberás cascar un huevo en un plato. A continuación, coloca la boca de una botella de plástico, mejor si es pequeña, cerca de la yema y presiona un poco para retener el aire. Afloja la botella para soltar aire y para que, de esta forma, absorba la yema hacia su interior. Por supuesto, asegúrate de que la botella de plástico que uses sea apta para uso alimentario.
Si las abuelas dicen que este truco para separar las claras de los huevos funciona, es porque de verdad funciona. Además, es un truco muy sencillo y económico ya que solo necesitarás usar una botella pequeña de plástico. Y un huevo, claro.
