Mezclar helados con destilados y espumosos no es nada nuevo. Si no, que lo digan el clásico sorbete de limón con cava o champagne o al Don Pedro (whisky y helado de nata) popular en Sudamérica. En los decálogos de la coctelería también figuran otras creaciones como el Cuba Libre con una pequeña bola de limón, el Frozen Margarita con una pequeña ración de helado de maracuyá y un toque de mezcal, el carajillo matizado con un toque frío de vainilla o el Bailey's con el añadido de crema helada de plátano.
Badiani, mucho más que una heladería
Pero hay una heladería florentina en Barcelona donde estas preparaciones adquieren rasgos de obras de arte. Se trata de Badiani, que sigue la tendencia que las heladerías no sean sitios solo para tomar helado: allí se puede empezar el día o cerrar la tarde con sus cafés de tostado italiano e infusiones y sus cruasanes artesanos (no se pierdan el de pistacho), o bien pasar al mediodía y comer un crepe salado con base de espinaca, remolacha o cúrcuma. Y a partir de las 17:00 hasta la medianoche, en el local de Mandri 37 (Barcelona) también se pueden degustar sus innovadores cócteles con cremas heladas.
«Somos como el doctor Jekyll y míster Hyde», dice Florence Maneschi, responsable de Badiani en España. «Nos gusta tener una propuesta totalmente diferente a la que se espera en una heladería», agrega.
El experto bartender italiano Charles Flamminio (embajador de numerosas marcas de bebidas y profesor en escuelas de gastronomía y coctelería) ha creado para Badiani una interesante selección de cócteles con o sin alcohol (como los mockatils pensados para niños). Entre ellos destaca el Espresso Buontalenti, elaborado con el icónico gelato Buontalenti (su gusto insignia, de crema de leche, azúcar y huevos) más café express, leche y ron.
Si alguien viajó por la Costa Amalfitana, seguramente quedará fascinado por el Sgroppino, con licor Salvia & Limone, Prosecco y sorbete de limón. Más tradicional, con ese aire clásico de las coctelerías florentinas, está el Negroccolato, con Negroni, sorbete de chocolate y helado de coco. O el homenaje al nuevo local, el Mandri Dream, con sorbete de fresa, tequila y soda al pomelo.
Sin embargo, lo divertido de Badiani es que más allá de la carta, uno puede armar su cóctel con los gustos y destilados que quiera. En estos casos, lo sugerido es ponerse en manos de los bartenders. Por ejemplo, Flamminio dio rienda suelta a su imaginación y creó un cóctel de helado de fresa, tequila, lima y soda rosa, con un toque de sirope y el detalle aromatizante de perfume de frutos rojos. «No tiene nombre…lo podemos bautizar como Pink», ríe este experto italiano.
Los cócteles con helado cuestan 12 euros, pero también se pueden probar diferentes Spritz (a 8 euros), clásicos de Florencia como los Negroni (a 10 euros) o los que tienen al gin como base (a 18 euros).
