Cómo limpiar tu vitrocerámica para que quede reluciente

Vitrocerámica
Mantener la vitrocerámica impecable requiere una limpieza diaria esencial. Descubriremos los mejores trucos y consejos para limpiarla, logrando así que luzca como nueva durante más tiempo.
Por Marina Blanco
28 de febrero de 2024

La vitrocerámica es una de las zonas de nuestra cocina que debemos limpiar después de cada uso si queremos mantenerla en condiciones óptimas de higiene. Al tratarse de un elemento que utilizaremos al menos dos veces al día, es una de las partes de la cocina que más debemos cuidar y mantener limpias.

Seguro que alguna vez nos hemos despistado y hemos dejado la leche calentándose en la cazuela más tiempo de la cuenta. Lo peor de todo es que al volver a la cocina nos encontraremos el mayor de los desastres: la leche saliendo a borbotones de la cazuela, los alrededores sucios y los restos quemados y pegados a la superficie de la vitrocerámica.

Cómo limpiar tu vitrocerámica

Además de proporcionar unos sencillos trucos para limpiar de manera eficiente la vitrocerámica, debemos recalcar que uno de los aspectos fundamentales para su mantenimiento es un buen uso. Por ello, si prestamos más atención al cocinar, tapando las preparaciones que borboteen o controlando la temperatura, evitaremos en gran parte que la vitrocerámica se ensucie.

La limpieza diaria

Como hemos mencionado anteriormente, al igual que se usa a diario, su limpieza debe ser diaria. Para esa limpieza rápida y general, bastará con que retiremos la suciedad con un trozo de papel cocina absorbente, pasemos después una esponja suave con nuestro líquido de lavavajillas a mano y lo retiremos posteriormente con una bayeta húmeda.

El mejor truco casero

Si la suciedad va más allá y vemos que el resultado de la limpieza diaria no es suficiente, necesitaremos un remedio casero que no falla: un par de cucharaditas de bicarbonato de sodio, con el zumo de medio limón, y un chorrito de vinagre. Tras haber mezclado bien los tres ingredientes, deberás repartirlo por la vitrocerámica con una esponja suave, y retirar el ungüento pasados unos minutos con una bayeta húmeda.

Una limpieza a fondo

En caso de que la suciedad ya esté incrustada en nuestra vitrocerámica y no salga, lo mejor que podemos hacer es optar por limpiarla utilizando un limpiador específico para vitrocerámicas. Bastará con que repartamos un poco del producto con una esponja suave, lo dejemos actuar un par de minutos, y retiremos con la bayeta hasta que no quede ningún resto de producto. El ultimo pasó será pasar la rasqueta cuidadosamente sin arañar la vitrocerámica para ir retirando la suciedad que queda más adherida. Pasaremos un papel absorbente de cocina para eliminar los restos sacados con la rasqueta y nuestra vitrocerámica quedará como nueva.