Qué Leche, la propuesta desenfadada que sacude Gran Canaria

Tras el nombre de Qué Leche está la historia de la pasión científica y gastronómica que Jennise tiene por los lácteos, una querencia que casi convierte en un negocio especializado radicado en México, pero el destino quiso que se cruzara con Mario, que le convenció para subirse a un avión rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, territorio en el que Qué Leche da a conocer su particular y refrescante cocina.

Qué Leche

La pareja guisa desde la alegría y el conocimiento del lugar que habitan, aplicando a la vez los conocimientos técnicos adquiridos en el Basque Culinary Center, centro formativo en el que estudiaron el prestigioso Máster en Cocina, Técnica y Producto. La suya es una coquinaria viajera y viajada que bebe de aquí y de allá, que tiene pinceladas nikkei, influencias latinoamericanas y es cercana al comensal, al igual que su pequeño local, ubicado cerca de una de las calles más comerciales de la ciudad. El establecimiento se asienta en una antigua casa del XVII, uno de los inmuebles con más historia de la localidad y en el que mantienen las paredes de laja y unos sólidos arcos que diferencian entre el espacio de comidas, el bar y la cocina, tres territorios en los que se percibe el desenfado y la vitalidad de la propuesta sumamente innovadora dentro del panorama gastronómico de la región.

Qué Leche

Los cocineros de Qué Leche, Mario Rodríguez y Jennise Ferrari, tienen en su haber el paso por las cocinas de Berasategui, la dirección culinaria del restaurante del Campo de Golf de Maspalomas y El Celler de Can Roca, entre otras casas que les han inculcado el perfeccionamiento y la creatividad que destilan sus creaciones, como la corvina que preparan según los preceptos del recetario nikkei pero empleando la materia prima marina de las costas canarias en conjunción con la pasta de wasabi y las huevas de tobiko. Mucho más nacional es el plato que elaboran con los corazones de alcachofas, que confitan durante un largo tiempo en aceite de oliva y que coronan con un huevo poché, cocinado a baja temperatura, con unos callos de bacalao y una pátina crujiente de harina en fritura. Otro de los platos que emocionan y que no salen de la carta por demanda popular es el sabroso chipirón sahariano con pistacho, parmesano, emulsión de jengibre y tinta, una mezcla de ingredientes de distinta procedencia que convergen en un mismo bocado. Una explosión de intensidades y texturas imprescindible para conocer una de las cocinas más vanguardistas y de autor de la ínsula.

Qué Leche

La capital grancanaria se endulza espectacularmente con la exquisita tarta de cuajada con queso de Jennise, un postre de textura compacta y cuajada en el horno. Para refrescarse tras la creativa paleta de sabores del menú, un final a base de piña colada de El Hierro, variedad más ácida que las importadas de centroamérica y que osmotizan con ron blanco, para acompañarla finalmente con crema de ron, chocolate blanco y caramelo soplado.