Si bien las sartenes son utensilios básicos que todos utilizamos en nuestro día a día, lo cierto es que no siempre le damos el uso correcto, lo que trae consigo el rápido desgaste y mal funcionamiento de las mismas.
Pocas cosas hay que nos generen tanta frustración como que los alimentos se nos queden pegados en la sartén, y más tratándose de alimentos delicados como el huevo, en forma de tortilla francesa, o unos lomos de pescado fresco. Cuando esto ocurre, además de adquirir ese desagradable sabor a quemado y habernos cargado el alimento en sí, después nos cuesta la misma vida despegar los restos de comida de la sartén para, tras haberlos quitado con mucho esfuerzo, fregarla. Aunque requieran más mantenimiento que otros utensilios, las sartenes, si se cuidan y se mantienen, pueden durarnos años en perfectas condiciones.
3 consejos básicos para mantener tus sartenes como nuevas
La durabilidad de nuestras sartenes dependerá en gran medida del trato que le demos y de que evitemos cocinar con utensilios metálicos que eviten arañazos indeseados. Te daremos una serie de consejos con los que te garantizamos que tus sartenes estarán en perfecto estado.
Calentar la sartén apropiadamente
Para calentar la sartén de forma adecuada, empezaremos poniendo el fuego a media potencia, colocando la sartén encima, y esperando un par de minutos. Debemos evitar subir el fuego al máximo, ya que dañaremos la superficie de la sartén, y además se nos quemará el elemento graso que añadamos, ya sea mantequilla o aceite de oliva. Una vez pasado los dos minutos, podremos añadir a la sartén la mantequilla o el aceite, y una vez observemos que se ha repartido por toda la superficie, será el momento de cocinar el alimento.
Lavar las sartenes de la manera correcta
Fregar las sartenes correctamente es fundamental para mantenerlas como nuevas durante más tiempo. Lo primero que debemos tener en cuenta es evitar a toda costa poner la sartén caliente bajo el chorro de agua del fregadero, optando por dejar que la sartén vaya bajando de temperatura gradualmente. Una vez fría, lo mejor es olvidarnos del uso de los estropajos metálicos que arañan la superficie, y elegir esponjas suaves con un jabón anti grasa.
Guardar las sartenes de forma adecuada
Otro aspecto fundamental para la conservación de nuestras sartenes está en almacenarlas apropiadamente de manera que no se arañen. La mejor manera de hacerlo es o bien con separadores específicos, o simplemente, colocando un paño limpio de algodón entre cada una de ellas de manera que queden separadas las unas de las otras.
