La carne es un ingrediente básico en la alimentación. Además de ser un alimento con un alto contenido en proteínas, es muy versátil y se puede preparar de muchas formas diferentes. Por eso, como gusta y se consume tanto, es normal que las neveras siempre tengan en su interior alguna pieza de carne de pollo, de ternera, de cordero…
Y aquí es donde viene la parte más importante: aunque guardes la carne en la nevera, esto no garantiza que se pueda conservar muchos días en buen estado. Dependiendo del tipo de carne, incluso de cómo la hayas almacenado, durará fresca más o menos tiempo. A continuación, te contamos cuánto tiempo dura la carne en la nevera sin estropearse.
Esto es lo que dura la carne fresca en la nevera
Para responder a esta pregunta es primordial tener en cuenta el tipo de carne que vamos a conservar ya que, cuando están crudas, cada una tiene unos días de conservación en buen estado diferentes. La cosa cambia cuando estos alimentos (carne de res, cerdo, cordero, pollo, aves de corral, pescados y mariscos) están cocidos ya que, en este caso, todos tienen los mismos días de conservación, que serían de 3 a 4 días.
Carne de vaca, cerdo y cordero
Las carnes rojas generalmente pueden conservarse en la nevera durante 3 a 5 días en su envase original sin abrir. Una vez abierto el embalaje, se recomienda consumirlas dentro de los 1 a 2 días siguientes. Si necesitas conservarlas más tiempo, lo mejor es que las congeles en porciones individuales.
Pollo y otras aves de corral
El pollo y otras aves de corral son carnes más susceptibles a la contaminación por bacterias, por lo que es importante manejarlas con cuidado y almacenarlas correctamente. En la nevera, el pollo crudo puede conservarse de 1 a 2 días sin abrir y de 1 a 2 días adicionales una vez abierto.
Pescado y mariscos
El pescado fresco y los mariscos son muy perecederos, por eso, deben consumirse lo antes posible después de comprarlos. En la nevera, el pescado fresco puede estar en buen estado de 1 a 2 días. Mariscos, por ejemplo, como camarones y mejillones, hay que comerlos también dentro de los 1 a 2 días posteriores a la compra.
Además, también debes tener cuidado con la forma en la que las almacenas en la nevera. Por ejemplo, todos los productos cárnicos deberías colocarlos en la parte más fría que, por lo general, es la parte inferior. Además, para que no pierdan humedad, deberías conservarlas en su envoltorio original o en recipientes herméticos. Importante revisar también la fecha de caducidad y si notas algún cambio de olor, textura o color, no te arriesgues y tíralas.
