Cómo afilar los cuchillos en casa para que parezcan como nuevos

Juego de cuchillos de diferentes formas y tamaños
Danilo Rios
Existe una forma artesanal para tener los cuchillos siempre a punto. Es tan fácil de hacer que podrás afilarlos tú mismo en casa sin necesidad de acudir a un afilador profesional. Te la contamos.
Por Sonia Dorado
19 de febrero de 2024

Los cuchillos son herramientas esenciales en el mundo de la cocina. Da igual la receta que tengas entre manos, siempre vas a necesitar un elemento con hoja afilada para, como mínimo, ayudarte a cortar, picar, deshuesar o trinchar los ingredientes que vas a utilizar en tus recetas. Además, es primordial tener siempre los cuchillos bien afilados para asegurar cortes limpios. Y, por supuesto, debes comprarlos de buena calidad y con mango ergonómico que te facilite un agarre seguro y evitar que se te resbale al usarlo.

Un cuchillo bien afilado también es importante para velar por tu seguridad. Cuanto más afilado esté, menor presión tendrás que ejercer a la hora de cortar y menores serán las posibilidades de que se desvíe su trayectoria y terminemos cortándonos. Como es tan fundamental mantenerlos afilados y, además, sabemos que te cuesta sacar tiempo para llevarlos a un afilador profesional, te vamos a contar una manera artesanal para afilar tus cuchillos en casa que va mucho más allá de la clásica piedra afiladora o de la chaira. No tendrás que comprar nada nuevo ni gastar dinero ya que lo vas a hacer con otro utensilio de cocina que usas para tomar el café de las mañanas. Y sí, quedan de maravilla.

Cuchillo cortando un pimiento rojo@syucyann

Técnica para afilar cuchillos en casa como un profesional

Para esta técnica para afilar cuchillos en casa lo único que vas a necesitar es una taza de porcelana. Y si no es muy alta y su base es de gran diámetro, mejor. Lo que vamos a hacer es usar el contorno circular, rugoso y poroso de la base de la taza, ese en el que la cerámica no está esmaltada, como herramienta de afilado. Para ello, humedece un paño de cocina, dóblalo y colócalo sobre una superficie plana. A continuación, dale la vuelta a la taza y ponla boca abajo, y bien firme, sobre el paño humedecido.

Con extremo cuidado, inclina el cuchillo unos 10 grados y pásalo por el filo de taza, recuerda que tiene que estar boca abajo y tapada con un paño humedecido, por ambas caras y varias veces (es recomendable repetir este proceso mínimo 10 veces por cada lado. Una vez tengas el cuchillo afilado, si deseas un resultado más pulido, puedes coger otro cuchillo y deslizar, sobre la parte que no corta y de derecha a izquierda, el cuchillo recién afilado por cada lado.