El truco para que las croquetas congeladas no se rompan al freírlas

Plato de croquetas congeladas con fritura perfecta
Las croquetas, sean caseras o compradas, son una delicia para el paladar. Eso sí, por muy ricas que estén, es un fastidio cuando se rompen al freírlas. Con este truco nunca más te pasará.
Por Sonia Dorado
13 de febrero de 2024

Crujientes por fuera y cremosas por dentro, estas son las dos señas de identidad de la croqueta perfecta. Este pequeño bocado frito y jugoso es todo un manjar de la gastronomía española. Recetas de croquetas hay muchas, puedes jugar con su relleno usando los ingredientes que más te gusten, aunque las más conocidas y tradicionales suelen ser las de cocido, pollo o jamón. Son tan populares que se venden congeladas en los supermercados, y por supuesto muchas personas prefieren hacerlas caseras y en grandes cantidades para congelarlas.

Ya sean de supermercado o caseras, si son congeladas, el mayor momento de terror llega a la hora de freírlas. Si no sabes hacerlo bien, terminan rotas y con más relleno fuera que dentro. Para que no te pase más, te contamos la forma en la que debes freírlas para que salgan enteras y cremosas.

Croquetas de jamónSofía de la Torre

Cómo freír croquetas congeladas para que no se rompan

No es lo mismo freír croquetas caseras recién hechas -bastaría con dejar que la bechamel reposara un poco-, que freír croquetas congeladas: son dos mundos totalmente diferentes. El truco que te vamos a contar para freír croquetas congeladas y que no se rompan se aplica tanto a las caseras como a las de supermercado.

En primer lugar, asegúrate de utilizar una cantidad abundante de aceite en la sartén o freidora. Antes de introducir las croquetas, es clave que el aceite haya alcanzado, al menos, 150 ºC de temperatura. Cuando el aceite esté bien caliente, ve agregando las croquetas una a una y sin prisas: al hacerlo podrías bajar la temperatura del aceite de forma drástica y fastidiar el proceso. Déjalas que se frían durante unos 2 minutos, retíralas despacio y escúrrelas en papel de cocina absorbente para retirar los restos sobrantes de aceite.

Y aquí es donde viene la magia para que las croquetas congeladas salgan perfectas y no se rompan: una vez les hayas secado el aceite, termina de cocinarlas en el horno o en la freidora de aire a una temperatura de entre 170 ºC-180 ºC. De esta forma, conseguirás unas croquetas crujientes en la cobertura y fluidas y calientes por dentro.