Crujientes por fuera y cremosas por dentro, estas son las dos señas de identidad de la croqueta perfecta. Este pequeño bocado frito y jugoso es todo un manjar de la gastronomía española. Recetas de croquetas hay muchas, puedes jugar con su relleno usando los ingredientes que más te gusten, aunque las más conocidas y tradicionales suelen ser las de cocido, pollo o jamón. Son tan populares que se venden congeladas en los supermercados, y por supuesto muchas personas prefieren hacerlas caseras y en grandes cantidades para congelarlas.
Ya sean de supermercado o caseras, si son congeladas, el mayor momento de terror llega a la hora de freírlas. Si no sabes hacerlo bien, terminan rotas y con más relleno fuera que dentro. Para que no te pase más, te contamos la forma en la que debes freírlas para que salgan enteras y cremosas.
Cómo freír croquetas congeladas para que no se rompan
No es lo mismo freír croquetas caseras recién hechas -bastaría con dejar que la bechamel reposara un poco-, que freír croquetas congeladas: son dos mundos totalmente diferentes. El truco que te vamos a contar para freír croquetas congeladas y que no se rompan se aplica tanto a las caseras como a las de supermercado.
En primer lugar, asegúrate de utilizar una cantidad abundante de aceite en la sartén o freidora. Antes de introducir las croquetas, es clave que el aceite haya alcanzado, al menos, 150 ºC de temperatura. Cuando el aceite esté bien caliente, ve agregando las croquetas una a una y sin prisas: al hacerlo podrías bajar la temperatura del aceite de forma drástica y fastidiar el proceso. Déjalas que se frían durante unos 2 minutos, retíralas despacio y escúrrelas en papel de cocina absorbente para retirar los restos sobrantes de aceite.
Y aquí es donde viene la magia para que las croquetas congeladas salgan perfectas y no se rompan: una vez les hayas secado el aceite, termina de cocinarlas en el horno o en la freidora de aire a una temperatura de entre 170 ºC-180 ºC. De esta forma, conseguirás unas croquetas crujientes en la cobertura y fluidas y calientes por dentro.