Las empanadas las podemos hacer de casi cualquier cosa y aunque cada día surgen combinaciones nuevas, las que siempre acaban triunfando son las tradicionales empanadas de atún, bonito y bacalao. Dentro de todas las opciones que tenemos de empanada y muchas más que se nos podrían ocurrir, creo que es la empanada de bonito la apuesta más segura, sobre todo cuando hay niños pues, gusta a todos. Es además la más rápida y cómoda en su elaboración. Y digo que es la más rápida y cómoda de elaborar, pues el bonito es muy accesible, y casi siempre tenemos esa conserva en nuestra despensa. Es por tanto la empanada perfecta cuando tenemos que improvisar pues abrimos el bote y casi la tenemos lista.
Os cuento paso a paso cómo hacer una empanada de bonito con un truco para que os salga una masa finita y crujiente sin apenas trabajo.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 1 hora 30 minutos
- Tiempo de horneado: 30 minutos
- Tiempo total: 2 horas
- Raciones: 8
- Categoría: entrante
- Tipo de cocina: tradicional
- Calorías: 320 kcal por ración
Ingredientes de la empanada gallega de bonito para 8 personas
Para la masa:
- 500 de harina panadera
- 50 g de harina integral
- 225 ml de cerveza o agua (yo usé una negra tostada sin alcohol)
- 5 g de sal
- 100 ml de aceite de oliva
Para el relleno:
- 400 g cebolla
- 200 ml de aceite de oliva suave
- 1/2 tomate natural maduro (o salsa de tomate)
- 2 hojas de laurel
- Una pizca de pimentón dulce
- 7 g de sal (una cucharilla de café)
- 1 pimiento rojo asado
- 400 g bonito en bote de buena calidad

Cómo hacer la empanada gallega de bonito
Como siempre empezamos pesando y midiendo todos los ingredientes y vamos preparando el relleno o "zarangallada", como le llamamos en Galicia.

Picamos la cebolla lo más fina posible, a mano, pues si usamos procesador la trituramos demasiado, y no es la textura que buscamos. Cortamos también el tomate en cubos (podemos usar tomate troceado de bote).

En una sartén ponemos el aceite y cuando esté caliente echamos la cebolla y el tomate, las hojas de laurel y la sal y dejamos pochar a fuego medio suave. No queremos que la cebolla se tueste sino que se vaya cocinando lentamente.

Cuando está pochada y transparente, le añadimos el pimentón, mezclamos y la apartamos del fuego. Finalmente cogemos los lomos de bonito bien escurridos y los desmenuzamos en el "mexunxe" o mezcla anterior, lo mezclamos bien todo y dejamos que enfríe para montar la empanada.

Mientras la cebolla se está pochando, preparamos la masa. En un bol echamos la harina, el aceite, la sal y la cerveza y mezclamos todo hasta integrar. Dejamos que repose unos 5- 10 minutos y cogemos una cucharada de aceite de la zarangallada y se la añadimos.

Volcamos la masa en la mesa de trabajo y amasamos energéticamente hasta que esté lisa y elástica. La dejamos reposar de nuevo unos minutos y finalmente le hacemos unos pliegues como haríamos con el hojaldre.

Para ello estiramos la masa con un rodillo en un rectángulo que dividiremos en tres partes iguales imaginarias y doblamos la primera sobre la segunda y la tercera sobre las otras dos. Lo giramos de manera que la abertura nos quede a la derecha y estiramos de nuevo la masa repitiendo todo el proceso hasta tres veces. La tapamos con un paño y la dejamos reposar una hora en la nevera, mientras el relleno se enfría.

Encendemos el horno a 210 ºC con calor arriba y abajo y empezamos montar la empanada. Dividimos la masa en dos partes, una de 550 g para la base y la otra de 350 g para tapar la empanada. La parte de abajo siempre lleva un poco más de masa, pues además de ser un poco más gorda para aguantar el relleno, tienen que sobresalir unos centímetros del molde para luego hacer el borde. Empezamos estirando la masa de la base, de la misma forma y un poco más grande de la base de la bandeja donde la haremos. Para esta receta he utilizado una bandeja de horno cuadrada de 32x32 (evidentemente esto es una referencia, pero podéis hacerla en una fuente redonda o con otras dimensiones). Forramos el molde con papel de horno y colocamos la masa ayudándonos del rodillo.

Echamos el relleno, bien escurrido de aceite, y lo repartimos de manera uniforme. Aparte picamos el pimiento asado en cuadraditos o tiras finas y lo vamos colocando encima, bien repartido por toda la empanada.

Ahora preparamos la parte de arriba con la masa restante. La estiramos en un cuadrado de 32x32, que son las medidas del molde (o circunferencia si la hacemos redonda), y al igual que antes, la colocamos tapando la empanada ayudándonos del rodillo.

Finalmente le hacemos los bordes para sellar la empanada, cogiendo la masa que sobresale de abajo y la sobreponemos encima de la otra, presionándola para que quede bien sellada. Si no conseguimos hacerlo con los dedos, podemos ayudarnos de un tenedor, para que al hornearla no se abra. Quizá a la primera no nos quede perfecta, pero a la segunda empanada ya será el borde más rico y crujiente por el que todos se pelean.

Le hacemos con el dedo un agujero en el medio, por donde respirará y con los restos que nos quedan de masa la decoramos por arriba. La pincelamos con un poco de aceite de la zarangallada que a su vez le dará un color dorado y la metemos en el horno previamente calentado. La dejamos en el horno con calor arriba y abajo unos 35 o 40 minutos o hasta que esté dorada, lo cual dependerá un poco de cada horno.

La sacamos y la dejamos enfriar un poco en una rejilla antes de cortarla, lo justo para que podamos catarla, pues templada está deliciosa. Este fue el aperitivo en una barbacoa de verano con amigos y no llegó a enfriarse del todo, se acabó antes. Finita, con una masa crujiente y el relleno proporcional, sin resultar excesivo, hace que no puedas parar de comer. No obstante, podéis hacerla más o menos gorda en función de vuestros gustos.

Pero si os quedara para el día siguiente, estará todavía deliciosa, pues los sabores se habrán asentado.
Resumen fácil de preparación
- Picamos la cebolla y el tomate del relleno y lo ponemos a pochar en una sartén con el aceite y el laurel
- Mientras, mezclamos los ingredientes de la masa
- Amasamos hasta que tenemos una masa lisa y elástica
- Añadimos una cucharada de aceite del relleno y le hacemos tres pliegues como los del hojaldre
- La tapamos y la dejamos reposar en la nevera
- Cuando la cebolla está pochada la apartamos del fuego y le echamos el bonito escurrido y desmenuzado
- Mezclamos todo y dejamos reposar hasta que enfríe
- Dividimos la masa en dos, estiramos la base y forramos el molde
- Echamos la zarangallada y tapamos con el resto de la masa estirada
- Sellamos los bordes y le hacemos un agujero en medio para que respire y no se infle y salga el exceso de aceite
- La pincelamos con aceite del relleno y la horneamos a 210 unos 35 minutos o hasta que esté dorada
- La quitamos y la dejamos enfriar un poco antes de probarla