¡Buenas noches mis queridísimas lectoras del fascinante mundo del vino! Como sé que muchas de vosotras os ponéis a leer este texto antes de salir a cenar para pedir vino en el restaurante y así subir nota winemaster, hoy os digo: Good night bitches! Dejad toda barra de labios, rímel y planchas de alisado a un lado, nos ponemos una copita de vino (nada de verdejitos o riberitas please) y a leer.
La soledad es un estado de aislamiento. También era el nombre de la chica que tiró el mechero al Chicharra, un joven con dientes como perlas (por lo de su escasez) y suceso por el cual se convulsionó la vida popular española. Lo digo muy en serio. Pero como somos gente alegre y la trash culture de este país nos la trae al pairo (como el perro verde a una verdadera winelover), hoy centraremos nuestra lectura en una soledad auténtica. Viña Soledad, mi primera ficha de unicornio.
Viña Soledad, ahora conocida como Viña Sole, es el Massive Cucumber (1) que Bodegas Franco-Españolas (2) viene perpetrando desde hace ya mucho tiempo. Más concretamente, la historia de estas bodegas riojanas se remonta al 1890, siendo en 1891 cuando sacan al mercado sus dos primeros vinos: Diamante y Estilo Borgoña, este último hoy día llamado Rioja Bordón. Ojito con estos dos vinos (vinoconsejo de winelover), de ambos comprad cajas a cholón y olvidaos de ellas mínimo cinco años. Resultado: vinazos a cuatro duros. Continuemos.
Es Viña Sole un vino que solo se hace en añadas excepcionales, para ser más concretos, cuando el consejo regulador las da por “muy buena o excelente”, lo cual hace que su producción no sea continua en el tiempo y sus botellas sean una rareza. Unicornio. De hecho, incluso para hacernos una idea, de la añada 2015 tan sólo se hicieron alrededor de 5000 botellas. Teniendo esto en cuenta, otro factor a añadir es que se produce a partir de la cabeza de cuba, o como indica en su etiqueta "Tête de Cuvee". Esto no quiere decir otra cosa más que selección de la parte superior del mosto de la cuba. A éste se le presupone una mejor calidad, más aroma y fruta, etcétera. Lo cual, en resumidas cuentas, nos da un producto mimado, cuidado y bien trabajado desde su origen. Hecha con viura al 100%, pasa 18 meses en barricas de roble francés y americano, se hacen removidos semanales para que las lías se muevan, finalizando con unos trasiegos cada seis meses.

El resultado es un vino de color pajizo con reflejos dorados, ¡oro líquido! que cuando entra en boca es un torrente de sensaciones, aunque no sin antes pasar por tu nariz un perfume que ya adivina el ensamblaje perfecto de madera y vino. Sí, un vino con madera y no me echo las manos a la cabeza, por supuesto, ya que el continente no impera sobre el contenido, a ver si aprendemos de esta gente ¡hombre ya! Fruta madura acompañada de cítricos, frescura y flor. Pasote. Y cuando bebes es gloria, bajan ángeles tocando trompetas y todo se tiñe de luz. Todo es de color. ¿Cómo describir la gloria? Imposible. Pero beberla sí lo es. Viña Sole aporta calidez, te llena de vida y guarda en ella un momento único. Así que como dijo el bueno de Gandalf: Run you fools! ya que a partir de hoy vais a ir en manada a buscar esta joya líquida.
(1) Pepinazo.
(2) Bodegas Franco-Españolas: No os preocupéis, que no estamos ante una líquida exaltación del Dictador. Como bien explicó en su día ya Santi de @colectivodecantado, el nombre lo recibe por ser una bodega de la colaboración entre Francia y la Rioja. Franco es un apodo o acuñe que viene a decir que tiene su origen en Francia. De ahí que se llame al idioma francófono. Todo aclarado.