Golpe Maestro, el imborrable dulce de Palomino Fino

Botella de Golpe Maestro
Óscar Soneira
2016 es año de grandes efemérides: Donald Trump se hizo con la Casa Blanca, se celebró el 45º aniversario de la emisión del Chavo del 8 y en España salió al mercado Golpe Maestro, el increíble vino que tres artistas de este mundo llevaron a cabo.
Por Óscar Soneira
18 de marzo de 2022
Vinos

Ha sido mi queridísimo editor quien me ha tenido que dar el toque: "Nene, estoy sediento de artículos" (sí, sí, también se marca chistacos el jodío') para darme cuenta de que he de apresurarme a traer mandanga de la buena a estas páginas. Así que, sin más dilación, paso a deslizar mis manos por el teclado. ¡Buenas de nuevo mis aguerridas Valquirias del fermento patrio*! Hoy estoy de buen humor. Tanto como aquel insigne gnomo, que pululaba las pantallas de nuestro país allá por los 80's. Lo estoy porque toca escribir de un excepcional y a la par desaparecido vino.

¡Que suene la intro de Ocean's Eleven y se quede el título en Fede's Three! Como Rusty Ryan tenemos a Ramiro Ibañez (Cota 45), como Linus Caldwell a Juan Ruiz Henestrosa (Aponiente) y de Danny Ocean a Federico Ferrer (Cuatro Gatos Wine Club). Estos monstrus perpetraron un Golpe Maestro, el nombre que dio a luz al vino de este trío. Un dulce de palomino fino que perdurará ad aeternum en la memoria de aquellos que tuvimos la ocasión de beberlo. La historia es sencilla, pero como aquí me pagan por escribir artículos con sustancia, y la sustancia de un articulo es como la farsa de un canelón, pues eso, farsa viene.

Nos situamos con Federico Ferrer, my dealer. Fede** es un artista que se dedica a llevar alegría en forma de vinos por toda la península, vamos que es distribuidor de vinos. Uno de sus puntos fuertes son los vinos del Marco de Jerez, ya que posee uno de los mejores catálogos insulares repleto de grandes joyas & massive cucumbers. Por una suerte de acontecimientos llegó su catálogo a mis manos y como es tan majetón forjamos una bella amistad. De ella, evidentemente, quien sale beneficiado soy yo, la de droga buena que me ha pasado, ¡la virgen Santa! Cómo no, Fede conoce gente por doquier, entre esta gente está Juan Ruiz Henestrosa, el sumiller de Aponiente. En una vista que ambos hicieron a la bodega de Ramiro Ibañez, allá por sus inicios, se encontraron que Ramiro había creado un vino experimental. Un dulce de Palomino Fino, esto se debe a que Ramiro tira de historia, y mucha. Un genio inquieto que no para de crear cosas, pero que en esa época quería sacar solo tres líneas para Cota 45: Ube, Agostado y Pandorga. Si no habéis probado nada de Ramiro, tardáis.

Ramiro Ibañez junto a Willy Pérez, son hoy día dos de los enólogos más interesantes que el Marco ha parido. Su inquietud y búsqueda de vinos extraordinarios los convierte en submarinistas de escafandra en medio de ese pecio que es la historia vinícola de Jerez. Sin más vaselina que la palabra, Fede y Juan ofrecieron a Ramiro comprar el vino para sacarlo ellos bajo su marca. De esa fructífera oportunidad apareció un 8 de marzo del 2016 Golpe Maestro, el vino dulce de Vinos de Deriva. Vino de vendimia tardía de Palomino Fino del Marco de Jerez, una singularidad que por desgracia jamás se ha repetido. Vinos de Deriva*** nació para ofrecernos esas singularidades que, por ahora, tan solo sacaron a la luz Golpe Maestro. El tiempo supongo, nos traerá más alegrías.

Descorchar el vino y sucedió el espectáculo. Ante el público más avezado había aparecido un dulce excepcional. De color ambarino y ribete dorado brillante, nariz punzante llena de miel, fruta escarchada, cierto carácter oxidativo y yodo. El paso era sedoso, elegante y muy sápido. Pleno de uva pasa, punzante salinidad y acidez, ¡qué maravilla! Yodo, mar, fruta, pasas y escarcha, miel y flor de azahar marchita, piel de naranja y frutos de cáscara. Todo se da la mano en un baile infinito, en un vino capaz de rivalizar con los mejores: Jurançon, Monbazillac o Quarts de Chaume. Se apagaron las luces, fundió a negro y el público se levantó de sus sitios y aplaudió, aplaudió hasta dolerles las manos. Y entonces gritó en voz, alguien demandó un bis… la pena es que, si no hiciste como yo, acopio de una caja mínimo de este excelente elixir, jamás existió ese bis, porque jamás se repetirá. Esto lo sé, porque su producción se limitó a 600 botellas. A mí me quedaba una que he ido dilatando lo máximo posible, aunque como todo en esta vida llegó su final. El mío ha llegado mientras escribo estas líneas. Fede, Ramiro, Juan, que bien lo hicisteis cabrones.

* El fermento patrio, por desgracia, es la puñetera cerveza, y posiblemente le sigue la ginebra Puerto de Indias, aunque eso ya está más cerca de un Xanpa rosa con granadina.

** Para los colegas.

*** Fede me comentó que el naming le viene dado por una canción de Vetusta Morla, que en esta casa somos muy Vetusters pero machos, un poco de por favor. Uno aquí se esperaba algo relacionado con la deriva marina y cosas de esas, pero nada, Vetusta Morla, vamos.