
El ajoblanco es una crema fría muy sabrosa y refrescante que se hace con pan duro, almendras, ajo, aceite de oliva virgen extra, vinagre y agua. Esta receta tradicional muchas veces se sirve decorada con uvas verdes y con un hilo de aceite de oliva. Es muy fácil de hacer y el resultado es realmente delicioso. Su curioso nombre procede del hecho de que lleva ajo entre sus ingredientes y de que el resultado es de color blanco.
Para hacer este ajoblanco hemos optado por la elaboración más tradicional para disfrutar del clásico sabor de esta sopa andaluza. Para ello, en primer lugar hemos triturado el pan remojado en agua con las almendras, el ajo y el vinagre mientras hemos ido añadiendo el aceite virgen extra en hilo para que emulsionara adecuadamente. A continuación lo hemos reservado en la nevera para que estuviera muy fresquito a la hora de servirlo y finalmente, lo hemos servido con unas uvas verdes y un hilillo de aceite de oliva.
Aunque hoy en día el ajoblanco es consumido en muchos puntos de la geografía española, esta sopa tiene un especial arraigo en la localidad de Almáchar, en Málaga, donde durante el mes de septiembre de cada año se celebra la Fiesta del Ajoblanco.
Esta sopa fría es un plato ideal para servir como entrante en verano. Con la propuesta de presentación que proponemos, acompañado de uvas y aceite de oliva virgen extra, ya queda delicioso, aunque si os gustan los sabores más potentes, podéis probar a servirlo con unos daditos de jamón serrano y con un poco de huevo duro picado. ¡Está delicioso!
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 10 minutos
- Tiempo total: 10 minutos
- Raciones: 4
- Categoría: entrante
- Tipo de cocina: andaluza
- Calorías por ración (kcal): 415
Ingredientes del ajoblanco
- 150 g de pan duro
- 500 ml de agua fría
- 100 g de almendras crudas sin piel
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de vinagre de vino blanco
- Sal
- 75 ml de aceite de oliva virgen extra
- Uvas verdes (opcional, para decorar)

Cómo hacer ajoblanco
En primer lugar, troceamos 150 g de pan duro del día anterior y lo ponemos en un bol con 500 ml de agua fría. La cantidad de agua se puede disminuir o aumentar al gusto en función de si se prefiere un resultado más o menos espeso.

A continuación, ponemos en el vaso de una batidora el pan con su agua de remojo, 100 g de almendras crudas sin piel, 1 diente de ajo pelado y sin germen y 1 cucharada de vinagre de vino blanco. Añadimos sal al gusto y trituramos mientras añadimos 75 ml de aceite de oliva virgen extra poco a poco. Continuamos triturando hasta obtener una textura lisa y sedosa.

Pasamos el ajoblanco a un bol o a una jarra y lo reservamos tapado en la nevera hasta el momento de consumirlo.

Antes de servir el ajoblanco, lavamos y cortamos por la mitad unas uvas verdes para decorarlo, si optamos por usarlas.

Servimos el ajoblanco muy frío decorado opcionalmente con las uvas y/o con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Resumen fácil de preparación
- Ponemos el pan a remojo en agua fría
- Juntamos el pan con las almendras, el ajo, el vinagre, salamos al gusto y trituramos mientras vamos añadiendo el aceite
- Reservamos en la nevera
- Cortamos unas uvas verdes por la mitad para la decoración
- Servimos el ajoblanco decorado con las uvas y un hilo de aceite