
El aspecto más característico del auténtico y genuino alioli o ajoaceite tradicional es que se hace con un mortero y lleva como ingredientes solamente ajo y aceite, como su propio nombre indica, sin huevo.
El secreto del éxito de esta receta está en tener mucha paciencia, ya que es fundamental ir añadiendo el aceite al ajo muy poco a poco, sin parar de mover la maza y siempre girando en el mismo sentido, con movimientos circulares para conseguir que la mezcla emulsione. Ahora bien, os garantizamos que el alioli hecho tal y como explicamos en este paso a paso es una auténtica delicia. Cuando lo probéis, os parecerá mentira que dos ingredientes tan comunes y presentes en prácticamente cualquier despensa, puedan dar lugar a una salsa tan exquisita como esta.
Esta tradicional salsa mediterránea no debe confundirse con la popular ajonesa, que es una mayonesa de ajo y como tal lleva los ingredientes propios de la mayonesa además del ajo. Esta otra salsa se emulsiona de forma sencilla con una batidora y también queda muy rica, aunque se trata de otra receta diferente.
La salsa alioli es tan versátil que la podéis utilizar para acompañar carnes y pescados asados o a la plancha, para potenciar el sabor de un arroz a banda o el de una fideuá, sin olvidarnos de las maravillosas patatas alioli, ideales para una cena de tapas. Y aunque sea habitual usar esta salsa como acompañamiento de otras recetas, un alioli tan rico como el que vamos a preparar a continuación, no necesita más acompañamiento que un buen trozo de pan. ¡Veréis cómo vuela al sacarlo a la mesa!

Información de la receta
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo total: 30 minutos
- Raciones: 10
- Categoría: salsas
- Tipo de cocina: mediterránea
- Calorías por ración (kcal): 154
Ingredientes del alioli
- 3 dientes de ajo
- 1 pizca de sal
- 170 ml de aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer alioli
En primer lugar, pelamos 3 dientes de ajo y les retiramos el germen para que el alioli no repita ni resulte pesado. Troceamos los dientes de ajo en dados pequeños.

Introducimos los dientes de ajo picados en un mortero y añadimos una pizca de sal. Esto ayudará a que el ajo no salte al majarlo con la maza.

Ahora comenzamos a machacar el ajo picado siempre con movimientos ascendentes y descendentes, arriba y abajo, sin parar.

Poco a poco iremos comprobando cómo el ajo se va transformando en una pasta de textura densa y homogénea.

En este momento, comenzamos a añadir el aceite de oliva virgen extra muy poquito a poco, casi gota a gota, sobre la pasta de ajo al mismo tiempo que realizaremos movimientos circulares con la maza siempre en el mismo sentido.

Gracias a la continua fricción girando siempre en el mismo sentido y con mucha paciencia, poco a poco la mezcla irá emulsionando, adquiriendo un mayor volumen a medida que se va añadiendo el aceite de oliva. En total vamos a añadir unos 170 ml de aceite, así que debemos tener paciencia para integrarlo poco a poco ya que, de lo contrario, se nos cortará.

Una vez hayamos añadido todo el aceite, comprobaremos que la salsa alioli tendrá una consistencia bastante espesa y un tono de color amarillo pálido.

Un truco para saber que hemos dado con la textura y densidad idónea del alioli tradicional es la de voltear el mortero y comprobar cómo la salsa quede adherida a él sin que se derrame. En este momento nuestro alioli casero estará listo para acompañar nuestras recetas favoritas.

Resumen fácil de preparación
- Picamos los dientes de ajo pelados y sin germen
- Los pasamos a un mortero con una pizca de sal
- Machacamos el ajo picado con movimientos ascendentes y descendentes
- Continuamos hasta obtener una pasta homogénea
- Comenzamos a añadir poco a poco, casi gota a gota, el aceite de oliva al mismo tiempo que removemos
- La mezcla de ajo y aceite irá emulsionando con la continua fricción de la maza del mortero
- Tras añadir todo el aceite, la salsa alioli tendrá una consistencia espesa y un color amarillo pálido
- El alioli estará en su punto si al voltear el mortero la salsa no se cae