Blanca Cusiné, la revolución espumosa del Penedés

Botella de Blanca Cusiné
Bodega Parés Baltà
Reconocer el camino que uno ha andado es un ejercicio que de vez en cuando deberíamos hacer. De esta forma podemos ver cuáles son los puntos de inflexión que nos marcaron. En cuanto a vinos nos puede suceder lo mismo. Hoy vengo con Blanca Cusiné bajo el texto, el cual podría decir es el primer espumoso que marcó un punto de inflexión importante en mi vida.
Por Óscar Soneira
26 de noviembre de 2021
Vinos

¡Holi, holi! ¡He vuelto! Como los Backstreet Boys pero con más gracejo. La verdad es que cuando volvieron los pobres tenían menos gracia que una reunión de boomers hablando de videoconsolas. Pero glorias aparte, existen otras cosas de las que sí vale la pena hablar. Como el cine, yo soy muy fan del fanta-terror, no sé vosotras, pero a mí me chifla. Y para ello, hay una nostálgica docu-serie en Netflix que lo peta mucho: The movies that made us. A ver, que un poco pretenciosa es, ya que se fija en una franja de los 70’s, 80’s y 90’s y como todos sabemos existen otras épocas doradas que nos marcaron a todas. Aunque claro, aquí tenemos a Dirty Dancing con el chulapón que te levanta en brazos, o a la teniente Ripley y su empoderamiento contra los falos galáctico-asesinos de Alien. Pero como a este gurú vínico tan solo le pagan por hablar de vino, pues hoy toca uno no menos nostálgico para mí.

The wines that made us!

Una serie de vinos que me han marcado y cómo no, son parte de lo que hoy día soy. Voy a entregarlos, así como en fascículos recortables del Lecturas, pero un poco cuando me vengan en gana. Hoy empezamos y como no podía ser de otra forma, con un vino espumoso de esos que tanto me agradan. El primero es Blanca Cusiné, de Parés Baltà.

Parés Baltà es una bodega familiar del Penedés, más en concreto de Pacs del Penedés, una saga generacional de bodegueros de esas que tanto nos gustan. Aunque la casa data del 1790, nosotros nos remontamos al 1917, año del nacimiento de Joan Cusiné Hill. Un hombre que, desde los 7 años y ya nacido en el seno de una familia de viticultores, no paró de trabajar en la viña jamás. Con gente como Joan, junto a su mujer Rosa, de inquebrantable voluntad y fe ciega en su trabajo, hoy día gozamos de la tercera generación en la bodega. Estos no son otros que Joan y Josep que, siendo fieles al estilo familiar, han seguido con la agricultura ecológica marcada por el abuelo llevándola hoy día a la biodinámica. Pero chicos, lo siento, hasta aquí vuestro segundo de gloria. Esto se debe a que a estos hombres los han adelantado por la derecha dos inmensas mujeres. Sí, sí, que los dos son majísimos y me los quiero a full, pero me van a perdonar porque voy a hablar de ellas. No son otras que María Elena Jiménez y Marta Casas. Las Girl Pagüer de Parés Baltà.

Este tándem femenino es hoy día quien mece la cuna de estos vinos. María Elena es ingeniera química y Marta farmacéutica, cuando entraron en el seno familiar es normal que les picara el gusanillo del make a wine. Así que, al poco tiempo, se metieron en la universidad again para sacarse el título de enólogas y que no les chiste nadie en lo que a vinos se refiere. Innovando en una bodega tradicional han incorporado ánforas, vendimias en verde, recuperado varietales que no trabajaban… vamos, que son unas revolucionarias. Ambas son muy, muy buenas en su trabajo y hacen unos vinos fetén. Para muestra un botón, Blanca Cusiné.

Blanca Cusiné como antes os dije, es un vino blanco espumoso y una ricura que hace las delicias de cualquiera. Lo recuerdo con alegría, con un corte que para mí era revolucionario por aquel entonces. Mis conocimientos en aquella época se reducían a unos pocos espumosos de la denominación Cava de corte clásico y algún que otro Champagne bastante popular. Todas tenemos un pasado y, sobre todo, un inicio. La cuestión es que Blanca Cusiné era un muy diferente a los otros, claro está, por culpa de las dos artífices antes mencionadas. Tal y como me comenta Marta, “(…) en esa añada, el 2003, queríamos hacer un cambio en los espumosos. Ya veníamos de hacer cambios en los vinos tranquilos, Electio, Hisenda o Radix mismamente (…). Entonces aprovechamos la primera añada de Pinot Noir y el Chardonnay que teníamos y decidimos hacer un espumoso de larga crianza con estos varietales”. ¡Menudo invento! Qué clase, qué burbujeo, qué sedoso… Ains, que me vuelvo a enamorar pensando en este vino. Era una conjunción perfecta de briochería, mantequilla, bollitos con manzana al horno, crema pastelera, heno… joder, qué gozada de vino. Ambos varietales pasan por barrica y permanecen en rima de 80 a más de 90 meses. Asimismo, desde el 2009 empezaron a añadir Xarel·lo: “Es un varietal que nos gusta mucho, además tiene un poder de envejecimiento excelente. Así que poco a poco lo vamos añadiendo en cada añada, hasta esta última, que ya hay un 80% y el otro 20% se lo siguen repartiendo la Chardonnay y el Pinot Noir”. Con éstas, Blanca Cusiné es hoy día un gran referente en cuanto a espumosos de larga crianza, pero con un plus, esas ganas de hacer algo diferente que siguen prevaleciendo en él.

Así que ya sabéis queridas, esta noche en el privado (porqué nosotras somos de privado) nada de Moets con bengalas o cutreces de esas. No, nosotras nos vamos a perrear y mover a ritmo de Blanca Cusiné.