Hace más de medio siglo que un encuentro ocasional entre amigos dio pie a una fiesta gastronómica única, una de las mayores celebraciones de Galicia. El alcalde de aquella época de O Carballiño, Héctor González Godás, se sentaba a la mesa junto a Ramón Valeiras, conocido con el apodo de O Labrador, Felipe Luis López, diseñador gráfico local, y otras amistades. ¿El objeto de los encuentros? Degustar buen pulpo gallego.
El trío conformado por González, Valeiras y López tuvo la idea de ir un paso más allá en la década de los sesenta y organizaron a orillas del río Arenteiro, en el parque municipal, una celebración todavía mayor. Contaron con la presencia de una polbeira tradicional de Arcos, una pequeña parroquia del municipio coruñés de Mazaricos, y consiguieron reunir a alrededor de una docena de amigos con los que disfrutar con el suculento plato.

Hoy, habiendo celebrado más de cincuenta años desde aquella primera reunión, la Festa do Pulpo de O Carballiño es una de las ferias gastronómicas más importantes de la comunidad gallega. Está declarada de Interés Turístico Nacional y reúne el segundo domingo de agosto a cerca de cien mil personas para degustar unas setenta toneladas de pulpo repartidas en más de ciento cincuenta mil raciones.
Pero esta bendita fiesta, romería contemporánea como la llegan a llamar, no debe su éxito solamente al pulpo. Porque a la histórica y exquisita preparación típicamente gallega se suma el excelente vino de Ribeiro, el rico pan de Cea y el entorno natural de la localidad en el que se celebra este evento. Un paraje con más de una treintena de hectáreas de arbolado y zonas verdes.

La 55ª edición de la Festa do Pulpo, la que se celebrará el próximo mes de agosto, irá dedicada a la ciudad alemana de Nuremberg y más concretamente a su centro gallego, una casa regional que este pasado mes de junio ha cumplido 25 años de la celebración de su propia fiesta del pulpo en territorio centroeuropeo. Una forma de reconocer la labor de los gallegos en el extranjero, de aquellos que conservan las tradiciones de su tierra natal, y de exponer más allá de Galicia y España esta fiesta que persigue la denominación de Interés Turístico Internacional.
El espectáculo de las enormes ollas de cobre, el arte a la hora de cortar con las tijeras y aderezar el pulpo con esos golpes de pimentón dulce y picante nos espera el próximo 13 de agosto en el pintoresco municipio orensano.