
La calabaza es un alimento versátil y saludable. Originaria de Latinoamérica, es baja en calorías y rica en vitaminas. Tiene cabida en todo tipo de dietas equilibradas y es una apuesta segura para comer sano e increíblemente variado, pues se presta para aperitivos, principales y postres. Descúbrela al completo, desde sus propiedades hasta sus cientos de usos culinarios, y permite que el próximo otoño se tiña de su tonalidad anaranjada.
Qué es la calabaza
La calabaza (Cucurbita maxima) es el fruto de una planta anual reptante originaria de Latinoamérica. Sus semillas se siembran en primavera y el fruto se desarrolla a lo largo del verano a una temperatura óptima de 25 a 30 ºC, aunque aguanta estoicamente los oleajes más calurosos. Botánicamente una fruta, aunque culinariamente se considera una verdura.
Con la llegada del otoño aparecen las grandes piezas que pueden alcanzar hasta 20 kg de peso y que son emblema de la estación por su tonalidad. Esferoide y lobulada, la variedad más famosa de calabaza es naranja, aunque también puede ser verde con motas blancas. La pulpa naranja y la corteza gruesa son dos de sus características perennes.
Una vez ahuecada, protagoniza la «Noite dos Calacús», o noche de calabazas, que se celebra en Galicia y tiene lugar el 31 de octubre durante el Samaín, la festividad de los difuntos de origen celta. Y es que las calabazas no solo forman parte de dichos populares o de Halloween. Son todo un recorrido desde la Latinoamérica prehispánica hasta nuestros días, que expone variedades, adaptación, usos y las propiedades de su pulpa y sus semillas, que desde tiempos antiguos han aliviado desde dolores de barriga a resfriados.

Origen de la calabaza
Fue domesticada hace 4000 años en la actual Argentina y hay varias hipótesis que apuntan a que la semilla primigenia bien nació entre esas tierras o en la costa de Perú. Los españoles la trajeron a Europa donde al principio tenía tan solo usos ornamentales y donde se coló entre frescos romanos hacia el siglo XVI.
Más incógnitas existen alrededor de su aterrizaje a Norteamérica, que también fue mano de los viajes españoles pero que bien podría haberse integrado entre el siglo XVI y XVIII. En la actualidad, la venta mundial asciende a más de 28 millones de toneladas, siendo China su principal productor.
Propiedades de la calabaza
Resalta por su contenido en flavonoides, fenoles y taninos. Estos compuestos orgánicos junto con un más que interesante perfil de macronutrientes hacen de ella algo más que un plato de confort otoñal y la convierten en un aliado rico en antioxidantes que nos ayuda a prevenir resfriados y malestares digestivos.
Baja en calorías
Cruda contiene apenas 15 kcal por cada 100 g. Para hacernos a la idea, hablamos de que el pepino, que es un 96% de agua, contiene unas 12 kcal en la misma cantidad. La diferencia a tener en cuenta es que cuando cocemos la calabaza, que es la forma común de consumirla, estas calorías se multiplican por tres debido a la concentración de azúcares. Quedan, sin embargo, en un valor tan bajo como 30 o 35 kcal por cada 100 g, que es más o menos lo que nos aporta un tomate mediano.
Rica en flavonoides y carotenoides
Flavonoides y carotenoides son componentes que reconocerás de otros alimentos como la zanahoria o al ají dulce, y es que los tres ingredientes comparten un factor que las delata: sus llamativos colores anaranjados. Sí, cuando un alimento presenta esta tonalidad podemos estar seguros de que es una fuente segura de betacarotenos con gran poder antioxidante. En el caso de la calabaza, además, contiene entre un 8% un 23% de vitamina E y vitamina C, vitaminas muy antioxidantes y famosas por su papel en el cuidado de la piel.

Beneficios de la calabaza
Sus beneficios son conocidos desde hace siglos. Las semillas se acostumbraban a utilizar crudas o en decocción para aliviar el estreñimiento, curar el resfriado o matar lombrices intestinales. La pulpa por su lado era una medicina habitual para disminuir el dolor de barriga y la inflamación. Hoy en día, los estudios científicos respaldan el efecto antiinflamatorio, antiparasitario e inmunológico asociado a su consumo.
Alivio digestivo y remedio antiparasitario
Desde tiempos antiguos la decocción de las semillas en agua era utilizada para aliviar dolores estomacales, diarrea y eliminar parásitos intestinales. La cucurbitacina presente en las semillas contribuye a eliminar los parásitos. Los componentes antiinflamatorios, como ciertos antioxidantes, presentes en semilla y pulpa, alivian también dolores estomacales e intestinales derivados de la inflamación. Además, cocida se considera un alimento suave permitido en episodios diarreicos y en el día a día, ya que su consumo colabora en la prevención del estreñimiento.
Antinflamatorio, ayuda en la prevención de la artritis
Para prevenir la artritis y otras enfermedades autoinmunes el consumo de antioxidantes ha demostrado dar muy buenos resultados, tal y como comprobaron en esta prueba piloto. La calabaza rica en carotenos y vitaminas tiene tal poder antioxidante que, en estudios con ratas, se ha visto un efecto similar entre su consumo y el consumo de indometacina, una medicación famosa por su poder antinflamatorio. Así, consumir alimentos ricos en antioxidantes de forma habitual podría ayudar a disminuir la inflamación asociada a enfermedades autoinmunes.
Antioxidante: ideal para evitar resfriados
El término antioxidante ha quedado sujeto a una definición vaga y amplia, lo que no quita que la calabaza sea, efectivamente, un alimento rico en carotenoides y fenoles que junto a sus vitaminas ayudan a disminuir el daño celular y promueven la función del sistema inmune hasta el punto de estimular la acción de las natural killer, células que se encargan de eliminar virus y células tumorales, evitando el desarrollo de resfriados y mejorando la salud general del organismo.

Contraindicaciones de la calabaza
Podría generar alergia entre personas que presenten alergia a la familia de las cucurbitáceas (pepino, calabacín, calabaza, etc.). Raramente puede provocar episodios de diarrea cuando pulpa y semillas son consumidas en exceso.
Valores nutricionales de la calabaza
Es un alimento nutritivo y no hay que temer su contenido en azúcares. Para verlo en perspectiva, 100 g de fresas tienen unos 5 g de azúcares y se considera una fruta muy sana. La calabaza cruda contiene entorno a 2 g por cada 100 g. La diferencia radica en que al cocer la calabaza se pierde agua y la concentración de azúcares por porción aumenta. Hablamos entonces de unos 10 a 15 g de azúcares por cada 100 g.
Esto en ningún caso es razón para evitar consumirla asada, pues junto con su fibra, vitamina C y vitamina E sigue siendo un alimento altamente nutritivo que que apenas aporta 35 kcal por cada 100 g cuando se asa y 15 kcal en crudo. A continuación, los valores en crudo.
- Energía: 15 kcal
- Hidratos de carbono: 2,2 g
- Grasas: 0,2 g
- Proteínas: 0,7 g
- Fibra: 1 g
- Calcio: 29 mg / 3% CDR
- Hierro: 0,4 mg / 4% CDR
- Magnesio: 10 mg / 2,8% CDR
- Zinc: 0,2 mg / 1,3% CDR
- Vitamina C: 14 mg / 23,3% CDR
- Vitamina E: 1,06 mg / 8,3% CDR
Cómo tomar calabaza
Se puede tomar asada, en guiso o potaje, como crema otoñal o triturada a modo de untable. Las semillas, una vez lavadas y secadas, pueden tostarse y añadirse sobre ensaladas o sobre nuestro pan casero para añadir un extra en vitaminas y fibra al plato.
Al horno, hervida o en puré, es una excelente opción, reconfortante y versátil, que combina estupendamente con grasas como el queso azul y con otros alimentos ricos en caroteno como la zanahoria.
Para que no pierda sus propiedades, lo mejor es utilizar técnicas de cocinado suaves y tiempos cortos, evitado el exceso de agua o una exposición al calor muy larga.
Uso en la cocina de la calabaza
La calabaza asada o en crema es una estupenda opción como plato principal, mientras el untable tipo hummus funciona a las mil maravillas como aperitivo, tanto a la hora de la comida como de la cena según como la prepares. Además, entre sus usos destacados y menos conocidos está su faceta repostera. Sí, un bizcocho, unos gofres o uno buñuelos de calabaza pueden ser el postre que estabas esperando. Es tan versátil que incluso se puede preparar como masa frita y servir al estilo tapa, como unas croquetas más que originales para sorprender a tus invitados. Y confitada, da lugar a una mermelada extraordinaria que nos permite ir más allá de las clásicas de piña, fresa o arándanos.

Recetas con calabaza
Infinitas. No es una exageración decir que las recetas con calabaza son infinitas, y es que la pulpa jugosa da lugar a cientos de posibilidades, desde las más tradicionales e invernales hasta las más originales y creativas. Nos referimos por supuesto a la crema de calabaza al toque de nata para cocinar, al puré de calabaza que nos saca de más de un apuro invernal o a la clásica calabaza al horno, que, además, nos exige muy poco trabajo en el corte (que no siempre es sencillo con semejante capa gruesa) cuando la hacemos en grandes rodajas.
¿Más? Prepara una mesa de aperitivos con la calabaza frita, las croquetas de calabaza y el hummus de calabaza. Puestos a hacer la cena temática, nada en absoluto tiene que envidiar la quiche de calabaza asada y queso azul a la clásica quiche de puerros y calabacín. Y el risotto de setas tiene una buena disputa con el risotto de calabaza con queso, indiscutiblemente uno de los mejores. Sin olvidarnos de las decenas de pastas que podemos condimentar con una salsa de calabaza.
Para colmo, no sólo podemos dedicar los postres a la calabaza, sino que podemos montar una mesa dulce entera. Deja boquiabiertos a todos tus amigos con el flan de calabaza y sírvelo justo al lado de un bizcocho de calabaza y chocolate, o la norteamericana tarta de calabaza, extremadamente aromática. Si en lo que estás pensando es en un desayuno, magdalenas de calabaza y tortitas de calabaza al rescate. Como veis, lo único difícil con la calabaza es saber escoger por dónde empezar.