No importa que la destilería fuese fundada en agosto de 2015. Ni que la primera botella que saliese de sus instalaciones en Park Royal, al oeste de Londres, fuese de vodka. Ni que su nombre, Bimber, provenga del polaco y haga referencia al alcohol ilegal. Ellos saben hacer licores y, nosotros, sabemos apreciarlo.
Aunque sus dos alambiques de cobre, llamados Doris y Astraea, están ocupados destilando uno de los primeros whiskies de malta hecho en Londres desde hace más de un siglo, un destilado que verá la luz dentro de un par de años, su hermana la olla Astraeus se ha encargado de un producto mucho más cercano, más propio de la urbe donde se ubican: la Bimber Distillery London Dry Gin.
Como su nombre más completo indica, la ginebra de la destilería Bimber se enmarca dentro de los clásicos gins londinenses. Emplea una receta que podríamos considerar típica, aunque el resultado una vez catada pueda recordar a referencias elaboradas al otro lado del Atlántico, más que a las habituales etiquetas del viejo continente y, en concreto, de los dominios ingleses.
Porque en esta London Dry Gin toma partido, obviamente, el enebro. Entran los cítricos, con la naranja y el limón. Interviene también la canela, con su toque tan diferenciador. Y la raíz de angélica, tan fragante como es. Sin embargo, quien termina dominando la degustación de esta ginebra es el cilantro, que se impone. Resulta más contemporánea que las tradicionales de su tipo. Más terrosa, seca, aunque fresca.
