En las manos de Félix Jiménez está la técnica, la sabiduría y las experiencias necesarias para que el sushi puro y perfeccionista nazca en su máxima expresión. En su establecimiento, ubicado en la calle María Teresa Gil de Gárate de Logroño, se profesa un respeto total al formato tradicional japonés, para lograrlo, sólo se admiten diez comensales por servicio. Frente a ellos se realiza la calmada y precisa ceremonia de elaboración del sushi, un juego de manos, movimientos concretos, cortes exactos y devoción por grandes materias primas.

El restaurante está compuesto por una noble barra de madera, en un lado, Félix, el viajado maestro, trabaja con elegancia. A su alrededor, diez asientos ocupados por afortunados comensales que viven en directo y disfrutan de una experiencia envolvente y calculada en la que nada es casual, nada se deja a la aleatoriedad. Los colores, el ambiente, los aromas y el tranquilo ritmo son los propios del país nipón, tan explorado por Félix. La propuesta gastronómica nos acerca a Japón a través de uno de sus platos más característicos y reproducidos, no siempre con acierto. Hablamos, claro está, del sushi. Dentro de ese surtido mundo, son los nigiris los protagonistas del menú degustación. Pequeños bocados que encierran un proyecto vital de grandes dimensiones y calado.

El chef riojano, educado gastronómicamente en Japón, hace de ingredientes tan comunes como el pescado y el arroz un milagro que transforma lo que en apariencia es sencillo en platos complejos y estudiados, un juego único que sólo se puede practicar con años y años de formación y práctica. Para hacer un sushi excelente la calidad ha de ser máxima, tanto en el producto como en los distintos pasos de la elaboración, por ello en cada nigiri se emplea un arroz especialmente aromático, el koshihikari, así como los cortes de pescado y otros productos marinos que provienen del mejor género estacional. Además, la temperatura, la presión que ejercen las manos, el orden de los pasos y otros detalles que en principio parecen mínimos son considerados para obtener bocados repletos de matices en olores, sabores y texturas.
La expresión nipona ‘kiro’ hace referencia a ese camino de regreso a la tierra natal, al territorio propio y familiar, el mismo sendero que Félix Jiménez recorrió al volver de Japón y abrir, en 2015, su propio establecimiento, un restaurante nacido de la ilusión y el cariño por dos puntos geográficos tan distintos como son La Rioja y Japón. Con este local tanto riojanos como visitantes pueden vivir de cerca un mundo gastronómico tan singular y bello como es el del sushi, un mundo que ya no nos es ajeno.
Kiro Sushi
Calle María Teresa Gil de Gárate, 2426002 Logroño (La Rioja)
941123145
www.kirosushi.es
Japonesa
70€-100€