La Pirata ¡Ay, Carmela!, de cántico antifascista a cerveza incendiaria

Detalle de la botella de ¡Ay, Carmela! sobre fondo blanco
Cerveses La Pirata
Cerveses La Pirata es una de las microcervecerías españolas mejor valoradas del panorama craft. Con sede en Súria (Barcelona), su ¡Ay, Carmela! es una Imperial IPA que rinde tributo a un cántico popularizado por el bando republicano en la Guerra Civil y que además ha sido nombrada como la mejor Doble IPA de 2020 en el Campeonato Nacional de Cervezas.
Por Antony Peel
15 de enero de 2021
Cervezas artesanas

Súria es una pequeña localidad de apenas 6.000 habitantes de la provincia de Barcelona, a unos 15 km de Manresa, encuadrada dentro de la comarca del Bages. En la época romana era conocida como Sorisa, que significa blanco, debido a las numerosas minas de sal de la zona. A día de hoy Súria es más famosa por ser una auténtica mina de oro para los amantes de la cerveza artesanal, y de ello tiene la culpa uno de sus más ilustres vecinos, Aran León, fundador de Cerveses La Pirata.

Todo comenzó hace cerca de 20 años cuando Aran estudiaba en Granada con una beca Séneca. Ahí coincidió con Jordi Llebaria, actual maestro cervecero de Cervesa del Montseny, quien le introdujo en el mundillo del homebrewing, momento en el que le empezó a picar la curiosidad por la cerveza artesana. De vuelta a casa, comenzó a fabricar sus propias recetas en la cocina y el garaje junto a su hermano Eric, al que también introdujo en esta afición.

A partir del año 2012, precisamente esa afición se hizo un poco más profesional y los hermanos León pasaron de la fabricación casera a ser nómadas o gypsy brewers. Es decir, llevaban sus recetas a fábricas ya establecidas para elaborarlas ahí con maquinaria profesional, y no con unas ollas en casa. Así, Aran y Eric produjeron su primer lote de Viakrucis en la fábrica de Guineu en Valls de Torroella (Barcelona). Fue su primer gran éxito, y durante los siguientes años siguieron con esta metodología, fabricando donde podían o donde les dejaban, aprendiendo a usar diferentes equipos técnicos, conociendo diferentes formas de trabajar, y básicamente ganando experiencia.

Llegados a 2015 era el momento de tomar una decisión importante. Profesionalizarse aún más o seguir por el mismo camino. Eric decidió perseguir otros objetivos personales y profesionales mientras que Aran tiró hacia adelante con su sueño y estableció su propia fábrica en Súria: Cerveses La Pirata ya tenía oficialmente un hogar. ¿Y el nombre? Como ellos mismos cuentan, “después de un motín, los piratas solían prender fuego al barco enemigo para eliminar pruebas que pudieran inculparlos. Es por eso que algunos piensan que pirata equivale a incendiario”.

La Pirata es eso: cervezas incendiarias, artesanas y naturales.

Y el resto es historia. Desde entonces hasta ahora, La Pirata se ha convertido en una de las mejores microcervecerías españolas, alzándose por ejemplo, con el premio a la mejor cervecera de 2019 en el Barcelona Beer Challenge de ese año, y estableciendo su propio bar en Madrid, La Pirata de Malasaña. Pero si por algo se ha caracterizado la marca en estos cinco años es por las numerosas colaboraciones que han realizado con otras cervecerías de todo el mundo, por tocar todos los palos y estilos, y por las curiosas descripciones en el etiquetado de sus cervezas, algo que le viene a Aran, sociólogo de carrera, por deformación profesional.

La Pirata ¡Ay, Carmela!, la mejor Imperial IPA española de 2020

Galleta de ¡Ay, Carmela! sobre fondo negroCerveses La Pirata

Y precisamente una de esas cervezas de etiqueta con trasfondo sociológico es esta ¡Ay, Carmela!, una potentísima Doble IPA o Imperial IPA con una nada desdeñable graduación alcohólica del 9,3% y un elevado amargor cuantificado en 110 IBUs. Lejos de detalles organolépticos, en su etiqueta podemos encontrar esta descripción: “Esta DIPA es un homenaje a esas mujeres valientes que anónimamente dan su corazón donde sólo hay bombas. Carmela, estés donde estés!”.

Lo cierto es que rinde homenaje al cántico antifascista ¡Ay, Carmela!, también conocido como El Ejército del Ebro o El Paso del Ebro, interpretado por los soldados españoles que lucharon contra la invasión francesa en la guerra de la Independencia de principios del siglo XIX y que posteriormente fue recuperado y retomado en la guerra civil española por el bando republicano. Un nombre que también se ha popularizado en nuestra cultura popular gracias a la película homónima de Carlos Saura, ganadora de un Premio Goya, precisamente ambientada en la guerra civil.

Volviendo a la cerveza en sí, se trata de una birra muy alcohólica, de color ámbar, tirando a rojo, y espuma blanca, con aromas a malta, caramelo, lúpulo y frutas cítricas como el pomelo. Aromas que repiten en boca y a los que se les añade el sabor a levadura y resina. En su elaboración se emplean maltas de las variedades Extra Pale y Crystal T50, mientras que los lúpulos predominantes son Summit, Citra y Simcoe.

En resumidas cuentas, una India Pale Ale muy contundente que quizás no sea la mejor puerta de entrada para los newbies en el mundo de la cerveza artesanal y las cervezas extralupuladas y amargas, pero que hace las delicias de los que buscan experiencias más fuertes. De hecho, en el Campeonato Nacional de Cervezas del año 2020, esta referencia se llevó la medalla de oro a la mejor cerveza en la categoría Double IPA, superando a otros grandes nombres como la Itaparica de Mala Gissona o la Magic Potion de la Quince.

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