Blanco salino. La ubicación, la decoración, la luz del Cantábrico y los platos del restaurante Ayalga evocan en bucle la experiencia de estar sumergidos en el mar. Situado en el entorno del Hotel Villa Rosario, frente al paseo marítimo, en Ribadesella, goza de unas vistas privilegiadas con acceso directo a la Playa de Santa Marina, de la localidad asturiana. La apuesta del restaurador Marcos Granda no sólo es su vuelta a casa por todo lo alto, además es la confirmación de una de sus máximas: aquella de que un restaurante debe hacer sentir importante al comensal.

Ayalga mima su propia experiencia gastronómica. Un puñado de comensales, no más de 18, pueden disfrutar en cada servicio. Incluso más allá de proporcionar platos centrados en los detalles, la vajilla -por poner un ejemplo- está seleccionada minuciosamente y algunos de sus platos parecen fondos rocosos marinos de un blanco impoluto. Los dos menús degustación actuales, Experiencia Ayalga (98 €) y Sabores de la Tierrina (85 €), con la oferta extra de maridaje por 40 euros, son una oda marinera a productos como los mejillones, la vieira o el chipirón.

En ambos hay también espacio para un mar y montaña y, sobre todo, para evocar la gastronomía asturiana en cada plato. Los entrantes, llamados snacks, son los mismos en los dos menús, destacando su coca de verduras encurtidas. Entre los platos principales sobresale el huevo velouté de ave. Queda claro que no sólo el producto es un pilar básico del restaurante, la técnica también. De estos dos pilares se ocupa el joven jefe de cocina, Israel Moreno, cuyo talento le ha hecho convertirse en pocos años de alumno a chef y profesor de cocina.

Si hubiera un tercer pilar imaginario sería el servicio, la atención al comensal. La hospitalidad es un principio de autoridad de la visión general de Marcos Granda. Ayalga es su tercer restaurante inaugurado y aquí siguen importando las mismas reglas. De ese principio y de la bodega se hace cargo otro joven profesional, José Miranda, que es el sumiller y jefe de sala. La selección para el maridaje ha sido escogida con esmero. El champagne es uno de los vinos que más gustan en el restaurante. Además, han pasado por las mesas desde vinos blancos alemanes a algún Vega Sicilia y Rioja, y por supuesto vinos asturianos. Señorío de Ibias es, a día de hoy, de los favoritos en los menús, un Albarín Blanco con Denominación de Origen Cangas.

El último pilar de Ayalga, cuyo nombre se traduce por tesoro o hallazgo afortunado en la playa, es su ubicación. Porque sí, todo en este restaurante contribuye a la experiencia. El paseo marítimo de la playa de Santa Marina es el encuadre adecuado y el Hotel Villa Rosario, un anfitrión de lujo.
Ayalga
Calle Dionisio Ruizsánchez, 3-633560 Ribadesella (Asturias)
985860090
ayalgavillarosario.com
Asturiana
90€-120€