Es la hermana pequeña, dulce y picarona, de otros restaurantes de altísimo nivel de la ciudad jerezana como son Lú Cocina y Alma —abierto en 2017 y con una estrella Michelin— y Bina Bar, del 2020. Detrás de todos ellos está la pareja formada por Dolce Nilda, de Colombia, y el chef Juanlu Fernández, jerezano de nacimiento.
Cuando abrieron sus primeros locales en Jerez, ambos estaban aterrados: no sabían si el estilo de su cocina, informal pero con sabores tradicionales iba a tener cabida en una ciudad pequeña como Jerez, donde la tradición es parte de su esencia. Aún así, decidieron arriesgar, y vaya si les mereció la pena. En menos de 5 años, no tienen ni uno, ni dos restaurantes, sino tres, siendo la última incorporación la pastelería que está causando furor en la ciudad, Krombol Bakery.
El sueño de Dolce: abrir su propia pastelería
Dolce llevaba años soñando con montar su propio local de desayunos y meriendas, incluso antes de afincarse en Jerez, y nunca terminaba de lanzarse. Pero, por fin, los astros se alinearon y su sueño se hizo realidad hace año y medio, cuando Krombol Bakery vio la luz por primera vez.
A pesar del rotundo éxito de los dos restaurantes que dirige junto a Juanlu Fernández, su pareja y reconocidísimo chef, que ha trabajado con grandes maestros como Martín Berasategui o Ángel León y que cuenta con grandes reconocimientos gastronómicos como 3 Soles Repsol y 3 Estrellas Michelin, Dolce sentía inquietud con la apertura de Krombol. Tenía claro que quería seguir el mismo concepto de Lú y Bina Bar, ofrecer una cocina que se saliera de lo tradicional donde los molletes andaluces tuvieran cabida pero que hubiera también hueco para la imaginación.
Tanto Dolce como Juanlu se han quedado muy sorprendidos con la acogida de Krombol en Jerez, no se esperaban que pudiera encajar un proyecto así y ni mucho menos se esperaban que la gente hiciera largas colas en la puerta de la pastelería para desayunar sus dos estrellas, el Tamago Sando y el Croissant Benedict.
El Tamago Sando se trata de un sándwich que surgió por casualidad, su nacimiento es muy curioso: uno de sus sándwiches, a los que ellos llaman Pain Croûte, no se vendía mucho y tenían que darle salida a sus ingredientes de alguna forma. Fue de ahí de donde surgió la idea de crear el Tamago Sando con panceta, huevos benedict y queso havarti.
Por su lado, el Croissant Benedict son los conocidos huevos benedict pero reinterpretados: los huevos los sirven estilo mollet, con la clara algo más hecha, y la salsa holandesa lleva vinagre de Jerez en lugar de zumo de limón. Estos deliciosos huevos benedict al estilo Krombol los convierten en el relleno de un croissant.
En la carta de Krombol Bakery también hay cabida para las tostas clásicas (de jamón, aguacate…) o para los molletes andaluces, estos últimos no podían faltar. Además, también tienen bollería artesanal hecha a diario para los más golosos y, como no, café colombiano de calidad. Krombol Bakery se encuentra en la calle José Cádiz Salvatierra, 7D, en Jerez de la Frontera, Cádiz.
