Hacer unas croquetas cremosas y ricas no es difícil, con esta receta todo el mundo puede comer en su casa unas croquetas deliciosas y súper nutritivas. Las de pescado son de las más populares pero entre ellas las de bacalao se convierten en las preferidas de los amantes de las croquetas, por su sabor y textura. Lo mejor es que si hacemos un montón podemos congelarlas y sacarlas en cualquier momento que necesitemos. Se conservan estupendamente en un tupper bien cerrado y junto a una ensalada hacen una comida resultona para esos días que no tenemos tiempo de cocinar o pasar horas elaborando un guiso. También son una elección estupenda para compartir como entrante. A los más pequeños de la casa les encantarán y es una forma diferente de tomar pescado.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 1 hora
- Tiempo de cocción: 50 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 50 minutos
- Raciones: 40 unidades
- Categoría: entrante
- Tipo de cocina: española
- Calorías: 72 kcal por unidad
Ingredientes de las croquetas de bacalao para 8 personas
Para hacer la masa de las croquetas:
- 250 g de migas de bacalao desaladas
- 170 g de harina de trigo
- ½ cebolla
- 1 diente de ajo
- 50 g de aceite de oliva virgen extra
- 120 g de mantequilla
- 800 ml de leche entera
- 1 cucharilla de moca de pimienta negra molida
- ½ cucharilla de moca de nuez moscada rallada
- 1 pizca de sal (sólo si es necesario)
Para rebozar las croquetas:
- Harina
- 3 huevos
- Pan rallado
- Aceite de oliva 0,4 ó virgen extra para freír

Cómo hacer las croquetas de bacalao
Hacer croquetas puede parecer complicado pero no lo es para nada. Lo importante para conseguir unas croquetas deliciosas es ser paciente y tener un poco de maña.
Lo primero que hay que hacer es picar las migas de bacalao como si fuéramos a hacer un tartar muy fino. Que los trozos sean pequeños pero sin llegar a desintegrarse.

Hacemos lo mismo con la cebolla y el diente de ajo. En una sartén ponemos los 50 ml de aceite de oliva virgen extra y pochamos (no dorar) a medio fuego la cebolla y el ajo.
Cuando la cebolla esté transparente le añadimos las migas de bacalao picadas y dejamos que se cocine hasta que se consuma y evapore el agua que suelta el bacalao.

Una vez lo tenemos ponemos el bacalao en un colador con una cazuela debajo para quedarnos con el aceite que suelte, también suele soltar algo del propio jugo.

Cuando lo tengamos bien colado reservamos en el colador el bacalao y el aceite que suelta lo ponemos en una cazuela, o si se dispone de un robot de cocina lo ponemos en el vaso del robot. El proceso para hacerlo en robot o en cazuela es el mismo y las proporciones de los ingredientes no varían. Le añadimos la mantequilla y calentamos a fuego medio hasta que se deshaga por completo y se junte con el aceite que ha soltado el bacalao.

El siguiente paso será añadir la harina y hacer el roux. Este paso es muy importante porque tenemos que cocinar bien la harina para que luego no sepa a crudo. Lo cocinaremos a fuego medio-bajo durante 7-10 minutos dándole vueltas para que no se pegue. En el caso de hacerlo en robot lo pondremos a una velocidad media y a una temperatura de 100 ºC durante ese tiempo.

Cuando tengamos el roux preparado añadimos la leche, la pimienta y la nuez moscada. Lo batimos (con una batidora) para conseguir una mezcla homogénea y lo dejaremos cocer unos 25 minutos a fuego medio dando vueltas continuamente para que no se pegue hasta que espese. Si lo hacemos en robot lo batimos y lo dejaremos cocer a velocidad media durante ese tiempo a una temperatura de 100 ºC.

Cuando haya pasado el tiempo y la bechamel haya espesado es el momento de incorporar el bacalao que teníamos reservado. Lo mezclamos bien con ayuda de una espátula y dejamos cocinar dando vueltas a fuego medio durante 3-5 minutos más.

Cuando tengamos la masa preparada probamos a ver cómo está de sal y si es necesario le añadimos una pizca. Al ser croquetas de bacalao desalado suelen tener el punto justo de sal pero si es necesario ponemos una pizca. Vertemos la masa en una fuente y la tapamos con papel film. El papel film es importante pegarlo a la masa para que no salga costra. Dejamos que esté templada y la metemos a enfriar al menos durante 8 horas al frigorífico (lo ideal es hacerlas por la noche y dejar enfriar hasta el día siguiente).
Cuando haya pasado este tiempo sacamos la masa de la nevera y la metemos en una manga pastelera con boquilla ancha redonda. Ponemos pan rallado en un plato y en el otro 2-3 huevos batidos. En una tabla ponemos harina de forma longitudinal. Con la manga pastelera vamos a hacer un churro sobre la harina.

Espolvoreamos más harina sobre el churro y lo rodamos delicadamente hasta que quede bien impregnado de harina. Después de hacer esto cortamos el churro en trozos y boleamos nuestras croquetas.

Pasamos las croquetas enharinadas por el huevo.

Y después las pasamos por el pan rallado. Tenemos que tener cuidado y que queden bien rebozadas porque si no a la hora de freírlas se nos abrirán.

Las podemos ir colocando en un plato y reservamos en la nevera hasta el momento de freírlas. Si queremos podemos ir guardándolas en tuppers para congelar también. Es importante ponerlas en una sola altura y que estén un poco separadas para que no se peguen unas a otras al congelarlas.

Una vez hemos hecho todas las croquetas llega el momento de freírlas. Para este paso ponemos abundante aceite en una sartén o si disponemos de freidora es más sencillo. Calentamos el aceite a una temperatura media sin llegar a ser muy alta (si la ponemos muy alta las croquetas se explotarán y se saldrá la masa). Freímos las croquetas hasta que estén doradas, se sacan a un papel de cocina para quitar el aceite un poco de la croqueta y estarán listas para tomar.
El resultado es una cremosa y crujiente croqueta de bacalao. Se pueden acompañar de una ensalada a modo de plato principal o tomar como aperitivo o entrante.

Resumen fácil de preparación
- Picar las migas de bacalao como si fuéramos a hacer un tartar fino
- Cortar la cebolla y el diente de ajo en brunoise y pochar junto con los 50 ml de aceite de oliva virgen extra en una sartén hasta que la cebolla esté transparente
- Añadir el bacalao y cocinar hasta que evapore el agua que suelta a fuego medio
- Colar el bacalao y reservar el aceite y jugo que suelta
- En un robot o cazuela poner el aceite que ha soltado el bacalao con la mantequilla y calentar a temperatura media que se funda
- Añadir a la mantequilla y el aceite la harina y hacer el roux removiendo de continuo durante 7-10 minutos a temperatura media
- Añadir la leche, la pimienta y la nuez moscada y batir hasta tener una mezcla homogénea
- Cocinar la mezcla a fuego medio durante unos 25 minutos removiendo hasta que la bechamel espese
- Incorporar el bacalao y mezclar bien con la bechamel con ayuda de una espátula. Cocinar 3-5 minutos más a fuego medio bajo
- Comprobar el punto de sal y si es necesario añadir una pizca
- Verter la masa en una fuente, tapar con film, dejar templar y enfriar en la nevera durante al menos 8 horas
- Sacar la masa de la nevera y meterla en una manga pastelera con boca redonda ancha
- Formar un churro con la masa sobre harina y enharinarlo. Cortar en trozos y bolear las croquetas.
- Pasar por huevo batido y pan rallado
- Freír en abundante aceite de oliva hasta que estén doradas
- Pasar por papel de cocina y servir calientes