David Pérez ofrece en el restaurante Ronquillo una cocina modernizada que no se desliga de las raíces que la definieron durante sus primeros años. David, junto a su hermana Celia, encargada de la sala, mantiene viva la herencia de sus padres, anteriores propietarios que con la apertura del establecimiento crearon un hito gastronómico en la población de Ramales.
![Plato de alcachofas de Ronquillo](https://imag.bonviveur.com/plato-de-alcachofas-de-ronquillo.jpg)
La creatividad y el sabor están presentes en los platos de este cocinero tan reconocido en la región. A la casa de los Pérez se accede a través del espacio del bar, donde una sólida barra hace de introducción a la experiencia. Este es el lugar de los aperitivos, bocados clásicos como las croquetas, el salmorejo que sirven con virutas de aceituna negra o un notable crujiente de morcilla sobre salsa de foie y uvas pasas. En los meses más fríos, la mencionada sopa fría de tomate se sustituye por una reconfortante crema de lentejas.
El comedor tiene paredes de piedra y elementos ornamentales propios del medio natural en el que se encuentran. Motivos de pesca, montaña y vida rural que confieren a la sala un ambiente cálido y apropiado para la región geográfica en la que se encuentra el restaurante. A él llegan los platos principales, preparaciones de temporada como la alcachofa natural de Navarra sobre yogurt de aceite con helado de zanahoria, vieira y aire de ostras u otros ítems vegetales como setas, espárragos verdes y tiernos guisantes.
![Rabo deshuesado de Ronquillo](https://imag.bonviveur.com/rabo-deshuesado-de-ronquillo.jpg)
La cuchara no falla. Distintas legumbres de la zona, como los caricos –unas pequeñas alubias pintas con una mota blanca– son expresión de la cocina de perol y de fondos trabajados que devienen en espesas y potentes salsas. En los fondos se dejan ver las enseñanzas de la madre de estos dos hermanos y los grandes chefs con los que ha trabajado David. Platos que mezclan tradición y modernidad, que saben respetar el pasado, el presente y el futuro de la gastronomía.
Entre los platos de carne no falla el cochinillo confitado, con exterior crujiente y sin huesos. Su carne melosa y tierna está bañada en el propio jugo del propio cochinillo, que se elabora a baja temperatura durante un tiempo prolongado. El cierre de la manzana asada y la galleta crujiente de manitas de cerdo, junto al membrillo casero, da un interesante contraste dulce.
![Un plato del restaurante Ronquillo](https://imag.bonviveur.com/un-plato-del-restaurante-ronquillo.jpg)
Los postres llaman la atención por su buena factura y complejidad técnica, uno de ellos es el bizcocho bañado en chocolate blanco con crema catalana, helado de zanahoria y yogur, combinación que tiene además una bien trabada crema de chocolate y cereales. Para refrescar, propuestas como la copita de gelatina de miel con helado de queso y manzana verde o una mousse de limón con naranja y galleta de jengibre.
Restaurante Ronquillo
Calle Menéndez Pelayo, 239800 Ramales de la Victoria (Cantabria)
942646055
restauranteronquillo.es/#home.html
Cántabra, Española
30€-50€