Si uno echase un vistazo desde el exterior al restaurante El Padrino de Gijón, pensaría estar contemplando una pizzería más, un italiano de los que jamás han faltado en este país. Pero no, no es uno más. Un concepto, el de «comida sobre masa», es la tónica. En un solo elemento unen tradición e innovación. Como ellos mismos dicen, «no es solo pizza… es ir más allá». Una afirmación confirmada por el éxito que viven.
Desde su apertura en un centro comercial, el de San Agustín, Il Padrino, El Padrino o simplemente Padrino, como es más conocido ahora, llenaba su comedor día tras día. Esa atronadora popularidad motivó un traslado a un destino más amplio y céntrico, aunque no sea una calle especialmente concurrida. Un lugar en el que poder trabajar mejor el concepto gastronómico que los ha hecho imprescindibles para los gijoneses.

La clave de sus llenos diarios se encuentra, no cabe duda, en la calidad. Primeramente en la de los ingredientes principales, los protagonistas. Ingredientes como el picado de ternera asturiana, los langostinos frescos, los huevos de codorniz, los boletus, la paletilla ibérica de bellota… También en los secundarios pero imprescindibles. Como el aceite de oliva virgen extra, su exquisita crema de tomate, la mozzarella de búfala… Y, por supuesto, en la masa. De una gran finura, crujiente y sumamente sabrosa.

De esta manera componen sus platos, pizzas en esencia, de autor y más clásicos. Desde una margherita, con crema de tomate, aceituna kalamata, albahaca fresca, aceite de oliva virgen extra, mozzarella de búfala y queso parmigiano reggiano de la denominación de origen; a una de autor como, por ejemplo, la de boletus y foie. Compuesta por la imprescindible crema de tomate, boletus edulis pinicola, paletilla ibérica de bellota, virutas de queso idiazábal ahumado, foie de pato, más aceite de oliva virgen extra y mozzarella de búfala.
En este apartado, el más creativo, sorprenden otras elaboraciones como la de pera y gorgonzola, la de quesos asturianos, la de cecina y queso de cabra o la de lasagna. Se suman otras tres recetas, bajo el epígrafe «del mundo», en el que encontramos la México, que emplea ingredientes como los frijoles o los jalapeños; la Francia, con pato confitado; y la Japón, que es la versión del okonomiyaki del restaurante Padrino. Y otro trío, el premium. Ahí está la pizza de carrilleras de cerdo ibérico, la de kokotxas de bacalao y la de manitas de cerdo con foie.

La carta de esta casa gijonesa termina con una oferta de empanadas, tostadas en pan artesano llamadas «sustentos», ensaladas en bol de masa crujiente comestible y, por supuesto, postres. Sobresalen los helados artesanos, el mascarpone con Nutella, los cucuruchos de ciruela confitada al cava, mascarpone y coulis de frambuesa y su popular tiramisú. Para beber, una buena variedad de vinos, con el correspondiente predominio de tintos y blanco, así como dos cervezas artesanas destacadas, La Socarrada y Er Boquerón.
Padrino
Calle Santa Elena, 533201 Gijón (Asturias)
985353762
www.padrinorestaurante.com
Italiana, Creativa
20€-35€