
Cuando llega el calor, bien apetece tener a mano una bebida rica y refrescante, ¿verdad? Si respondiste que sí, lo que necesitas entonces es una tizana venezolana recién sacada de la nevera. ¿Por qué? Pues sigue leyendo, que la respuesta es bastante sencilla.
Se trata de una bebida que, además de combinar zumos, lleva también un montón de fruta fresquita. Está a medio camino entre una macedonia y un jugo tropical. Atrévete a probarla porque casi seguro que, mientras la degustas, no dejarás de pensar en lo bien que sienta esta combinación de sabores tropicales y no querrás que se acabe. ¡Verdad, verdadera!
En Venezuela, su país de origen, la tizana forma parte de la oferta habitual de fruterías, mercados y puestos callejeros. Además, es muy popular prepararla en casa, sobre todo cuando organizas una comida o esperas visita.
No se tiene muy claro dónde y cuándo surgió, pero sí que se conoce que se preparan tizanas desde hace ya varios siglos, aunque con ligeras diferencias con la receta actual. ¡Ah! Y ojo no lo confundas con el salpicón de frutas colombiano, que a simple vista son prácticamente iguales.

Cabe decir que no existe una única receta de la tizana. Como ocurre con la gran mayoría de recetas populares, cada familia tiene algún que otro secretillo que se guarda celosamente. Lo que sí podemos decir es que lo más habitual es que entre sus ingredientes principales esté la sandía o patilla, como se la conoce localmente.
Otras frutas que entran casi siempre en juego son melón, mango, piña, papaya (lechosa), fresa, plátano (cambur) y hasta manzana, kiwi o uvas. El zumo más utilizado es una mezcla de naranja y sandía, aunque también es frecuente usar otros como de papaya o de piña. Incluso hay quienes añaden puré de plátano para darle consistencia espesa. Aquí ya te dejamos que encuentres tu combinación favorita.
El color rojo tan característico de la tizana se consigue endulzando el zumo con sirope de granadina, que además añade el punto de sabor que falta para que sepa igual que las que compras en los puestos de allí. Aunque, en las versiones caseras hay quienes prefieren dejarla tal cual sin endulzar o conseguir el color rojo con un poco de colorante para no añadir azúcar.
Finalmente, a la hora de servir, no olvides la cuchara que será más que necesaria y, para un toque más goloso, ponle unos hilos de leche condensada por encima. ¡Disfrútala!
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo total: 15 minutos (más unas 2 horas de reposo en la nevera)
- Raciones: 8, 2,5 litros
- Categoría: bebidas
- Tipo de cocina: venezolana
- Calorías por ración (kcal): 192
Ingredientes de la tizana venezolana
- 750 g de sandía (350 g para fruta y 400 g para zumo)
- 250 g de melón verde, cantalupo…
- 250 g de piña
- 250 g de mango
- 250 g de uvas
- 250 g de plátano
- Opcional otras frutas: papaya, manzana, fresa…
- 4 o 5 limas
- 4 naranjas de zumo o 500 ml de zumo de naranja natural
- 6 cucharadas de sirope de granadina o unas 2 o 3 gotas de colorante rojo (opcional)

Cómo hacer la tizana venezolana
Para empezar, vamos a cortar primero todas las frutas de la macedonia. En esta ocasión le vamos a poner 350 g de sandía, 250 g de melón (verde, cantalupo o el que prefiramos), 250 g de piña, 250 g de mango, 250 g de uvas y 250 g de plátano. Todos los pesos indicados se refieren a la fruta ya pelada y cortada en cubos de tamaño de bocado que sean cómodos de comer con cuchara. A tu elección queda añadir o sustituir por otras frutas como papaya, manzana, fresa… Conforme cortamos la fruta, la ponemos en un bol grande u otro recipiente que podamos guardar luego en la nevera.

Acto seguido, exprimimos el zumo de 4 o 5 limas y lo vertemos sobre la fruta. Mezclamos bien para que todos los trocitos se impregnen del zumo y así evitar que la fruta se oxide, manteniendo un color fresco. Sobre todo el plátano, que tiene tendencia a oscurecerse rápidamente.

A continuación preparamos el zumo principal de la tizana. Para ello, tomamos 400 g más de sandía y la ponemos en un bol. Exprimimos dentro 4 naranjas de zumo (o si lo preferimos, utilizamos directamente 500 ml de zumo de naranja ya preparado). En este punto se puede sustituir parte de la sandía y de las naranjas por piña o papaya. Luego, trituramos con la batidora, hasta conseguir un líquido liso y homogéneo.

Después de triturar, colamos la mezcla sobre la fruta troceada, usando un colador fino en acero inoxidable para separar los eventuales restos de semillas y pulpa, y para que el zumo nos quede suave y ligero.

Para darle el toque de dulzor y un color rojo intenso, incorporamos unas 6 cucharadas de sirope de granadina. No obstante, si preferimos un sabor más natural y sin azúcar, simplemente omitimos la granadina o la sustituimos por unas 2 o 3 gotas de colorante rojo. Mezclamos suavemente hasta que se integre bien.

Finalmente, tapamos el bol o recipiente y lo llevamos en la nevera al menos 2 horas, o hasta el día siguiente, para que se mezclen bien los sabores y se enfríe antes de servir. Servimos directamente de la nevera en un vaso con una cuchara y si se desea, con unos hilos de leche condensada por encima.

Resumen fácil de preparación
- Cortar las frutas en trocitos de tamaño bocado reservando una parte de sandía para el zumo
- Mezclar las frutas con el zumo de las limas
- Triturar la sandía restante con el zumo de las naranjas
- Colar el zumo obtenido sobre las frutas troceadas
- Endulzar al gusto con sirope de granadina
- Enfriar la tizana durante 2 horas como mínimo antes de servir