La pizza es un plato global de alma italiana. Una preparación muy versátil, fácil de preparar tanto por profesionales como por profanos, que hecha con cariño, un poco de dedicación y buenos ingredientes resulta genial tanto para una comida como para una cena. ¡Incluso para un desayuno! Especialmente si es del día anterior, ¿verdad?
Por eso queremos enseñarte a preparar pizzas caseras, demostrarte cómo de sencillo es cocinar este exquisito manjar en casa con materias primas que podemos encontrar en todas partes, mediante pasos que te resultarán sencillísimos. Porque podemos complicarnos todo lo que queramos, pero también simplificar el proceso.
Para comenzar necesitaremos los siguientes ingredientes: unos 300 o 400 gramos de harina de buena calidad, unos 160 o 200 gramos de agua templada, entre 5 y 30 gramos de levadura de panadería, unos 20 gramos de un buen aceite de oliva virgen extra, salsa de tomate y mozzarella o queso para pizza al gusto, un poco de sal y los alimentos protagonistas que deseemos.

Paso a paso de una pizza casera
En primer lugar, mezclaremos la harina con el agua templada añadiendo la levadura, el aceite de oliva y una cucharada de sal hasta conseguir una mezcla homogénea. Reservaremos en un bol cubierto por film transparente durante una media hora aproximadamente a temperatura ambiente. Una vez pasados los treinta minutos, extenderemos la masa ayudándonos de un poco de harina que pondremos tanto en la superficie en la que lo hagamos como en nuestras manos, hasta darle la forma correcta.
Llegados a este punto, será el momento de aplicar la salsa de tomate, cubriendo prácticamente toda la pizza, añadir la mozzarella o el queso al gusto y el resto de ingredientes escogidos. Desde jamón cocido a tiras de pollo, pasando por carne picada, champiñones, bacon o atún claro. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
Depositaremos la pizza en una bandeja previamente untada con aceite u otra grasa, para que no se pegue, y la introduciremos en el horno de nuestro hogar a una temperatura de unos 180 grados como mínimo un cuarto de hora. Tendremos que comprobar cómo avanza la cocción y cuando observemos que ha llegado a su punto, apagaremos el electrodoméstico.
En alrededor de media hora nuestra propia pizza casera será una deliciosa realidad.