Mercado de Abastos de Santiago de Compostela, el templo del buen comer gallego

Exterior del Mercado de Abastos de Santiago de Compostela
Mercado de Abastos de Santiago de Compostela
En Santiago de Compostela, el Mercado de Abastos -gestionado por una cooperativa de comerciantes- es el segundo enclave más visitado tras su famosa catedral. ¿La razón? El espectáculo de colores, aromas y sabores que cada día inunda este templo.
Por Toni Castillo
09 de marzo de 2017

Una de las mejores maneras de conocer una ciudad, un pueblo o un barrio es conocer sus mercados. En ellos puede pulsarse el ritmo de su quehacer diario, conocerse el carácter más genuino de sus gentes y descubrir lo que celosamente guardan en sus despensas. Acercarse como un cliente más a estos venerados enclaves en los que llenar la cesta de la compra, con el respeto que merecen, es un deber del buen viajero.

Por eso, en la ciudad epicentro de caminantes desde tiempos inmemoriales, Santiago de Compostela, no extraña en absoluto que el Mercado de Abastos sea el segundo lugar más visitado por detrás de su magna catedral. Un espacio construido en piedra hace más de tres cuartos de siglo, aunque sus orígenes se remontan al año 1873, cerca está de ser un templo consagrado a las materias primas gallegas.

Un concurrido pasillo del Mercado de Abastos de Santiago de CompostelaMercado de Abastos de Santiago de Compostela

Recorrer los pasillos de «la plaza», como se conoce al mercado de forma popular y cariñosa, es encontrarse frente a frente con un espectáculo de aromas y colores. Toparse cara a cara con la gastronomía gallega en su estado más primario.

Con capturas fresquísimas del mejor pescado y marisco, recién traído de las lonjas de la comunidad o las mismísimas manos de pescadores y mariscadores. Con el bacallau o los pimientos de Padrón, los genuinos, que ocupan un lugar destacado entre los puestos repartidos a lo largo de sus ocho naves. Con grelos y otros productos oriundos nacidos en las huertas más cercanas. O con las mejores carnes, como excelentes cortes de ternera gallega. Sin olvidar pan de la tierra, ricos quesos, así como licores o mieles.

Una pescadería del Mercado de Abastos de Santiago de CompostelaMercado de Abastos de Santiago de Compostela

Una ingente y exquisita oferta que jueves y sábados, días en los que el Mercado de Abastos de Santiago experimenta un mayor bullicio, se complementa con la llegada de las conocidas «paisanas». Mujeres que se acercan al exterior del enlosado de granito para ofrecer lo que cultivan día a día en sus huertas o cuidan en sus granjas. Más grelos, más pimientos de los que unos pican y otros no, además conejos y pollos todavía con sus nervios tintineantes, cebollas recién arrancadas de la tierra o quesos.

Sin embargo, uno no puede marcharse de este mercado si el apetito aprieta. Porque puede llenar la cesta de la compra, sí, pero también el estómago. En Abastos 2.0, un singular restaurante firmado por Iago Pazos y Marcos Cerqueiro; Cocina María, un pequeño puesto de cocina casera; y Marisco Manía, donde por un módico precio nos cocinan para disfrutar in situ cualquier marisco que hayamos comprado en el mercado.