Bosco de Lobos, un secreto a voces

Con su nombre, este restaurante lo dice todo. Porque bosco es 'bosque' en la lengua de Umberto Eco, un vocablo que nos habla de un espacio verde como el jardín donde se ubica, y a través del idioma es capaz de llevarnos a un país como Italia, el que con su gastronomía domina la carta. Por su lado, «de Lobos», no hace otra cosa que hablarnos de sus artífices. En Compañía de Lobos o, lo que es lo mismo, una de las últimas apuestas del cofundador del popular grupo Tragaluz, Tomás Tarruella.

En este singular espacio ubicado en el patio ajardinado del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, en una impresionante edificación de formas cúbicas y el jardín propiamente dicho, Bosco de Lobos pretende ofrecer un gran compendio de especialidades italianas con gran influencia del resto del Mediterráneo mediante un formato casual, urbano y con cocina siempre abierta. Desde la calle no se divisa, pero ahí reside su encanto.

Olga Planas

Uno puede llegar a este oasis situado en el barrio de Chueca, con acceso a través de la concurrida calle Hortaleza, en busca de una buena comida italiana en el salón de arquitectos, ideal para almorzar con tranquilidad o consultar los libros que en él se ubican una vez se haya terminado el ágape, en la privilegiada y verde terraza o en el salón principal.

Olga Planas

Es en este espacio donde se ubica la imponente barra del restaurante, asomada a la cocina a la vista, donde es posible disfrutar desde simplemente una caña de cerveza bien tirada en cualquier horario, a una mañana o tarde de tapeo, un brunch los fines de semana o una de las muchas elaboraciones de la carta.

Se trata de una variada oferta que viaja de pastas como la pappardelle con ragú de carne al vino tinto, a carpaccios como el clásico de ternera con salsa Cipriani. De pizzas como la de burrata, rúcula y tomate seco, a risottos como el de setas de temporada. De tapas de influencia itálica como las croquetas de berenjena y parmigiano o los mejillones con hierbas, tomate cherry, Martini blanco y cítricos, a carnes como el pollo con polenta cremosa y pesto rojo, pescados como el bonito con cremoso de patata y setas, y ensaladas como la de tomates y mozzarella.

Olga Planas

Bosco de Lobos es un restaurante italiano donde disfrutar de esta cocina con distensión, casi a cualquier hora, rodeados de naturaleza y deslumbrados por el diseño y la arquitectura. Poco más se le puede pedir a un establecimiento ubicado en el corazón de la capital.