Esta conocida seta crece en la base de árboles como los olmos, siendo especialmente valorada en la cocina japonesa, aunque no es extraño su uso en otras tradiciones culinarias. Si en Japón es conocida como Maitake, en Italia su nombre es el de signorina. Nativa de Asia y Estados Unidos, su uso va más allá de los fogones y forma parte de la medicina natural china y japonesa desde tiempos inmemoriales.
Si bien en Estados Unidos suele alcanzar un tamaño medio, en Japón se conocen ejemplares que han llegado a pesar más de 45 kilos, lo que le ha granjeado el nombre de Reina de las Setas. Es una de las setas más usadas, junto con la shiitake o la enoki. Se consume asada o frita, pero es normal encontrarla como ingrediente adicional.

Sin duda, su uso es típico en uno de los grandes platos japoneses, el nabemono, que no es otra cosa que el típico guiso, preparado en grandes cazuelas y que se sirve en el centro de la mesa para compartir entre los comensales. Los ingredientes del guiso varían según la temporada y la zona.
En cuanto a sus propiedades naturales, la maitake ha sido usada desde tiempos milenarios, atribuyéndole poderes que quizá sean un tanto exagerados. Se afirma que aumenta la vitalidad y que es un prolongador de la vida. Lo cierto es que sirve como antiinflamatorio y ayuda a combatir infecciones de todo tipo. Es buena para el colesterol y mejora la circulación.

En cuanto a sus propiedades para ayudar al tratamiento de enfermedades tan graves como el SIDA o el cáncer, la verdad es que no hay evidencias que indiquen que tomar esta seta pueda curarlas, aunque sus capacidades antiinflamatorias y antibacterianas puedan ofrecer alivio a alguno de sus síntomas.