A cualquier hora del día y en cualquier rincón del planeta, siempre hay alguien —millones de personas, de hecho— tomando café. ¿Sabías que esta bebida es la tercera más consumida del mundo después del agua y el té, y el segundo producto más comercializado a nivel internacional, solo por detrás del petróleo? Viajamos en el tiempo —café en mano— para conocer sus propiedades y beneficios, sus posibles contraindicaciones y mucho más.
¿Cuáles son las propiedades y beneficios del café?
Hoy en día el café sigue conquistándonos por muchísimas razones: por su sabor, por su efecto despertador, por su inconfundible aroma, por ser el perfecto anfitrión de tantísimas conversaciones, por ofrecernos infinidad de formas de degustarlo, por su versatilidad en la cocina… Y también por las propiedades y beneficios que aporta a nuestra salud. El café es mucho más que un despertador, y así lo han venido demostrando numerosos estudios científicos al reconocer que —en contra de lo que muchos pensaban— un consumo moderado puede reportar importantes beneficios para la salud.
Para asegurarnos de que nos estamos aprovechando al máximo de todos sus beneficios, es importante que tomemos siempre que podamos un buen café de cultivo orgánico, sin aditivos ni edulcorantes y de excelente aroma. Cuánto más natural sea un café, mejor mantendrá sus propiedades y más nos beneficiaremos de ellas.
Es estimulante y aporta energía
Una de las principales propiedades que se le atribuyen es que estimula nuestro sistema nervioso debido a que su contenido de cafeína actúa como estimulante. Si eres de los que necesita empezar el día con un café (o dos), sabrás que este es, precisamente, uno de sus grandes atractivos. Además, se le atribuye la capacidad para influir en algunas funciones cognitivas mejorando la concentración y la memoria. El café es un recurso habitual en muchas tareas cotidianas para mantenernos más atentos y despiertos, y también un recurso para deportistas que permitiría mejorar el rendimiento gracias a ese efecto estimulante sobre el sistema nervioso del que antes hablábamos.

Es una gran fuente de antioxidantes
El grano de café verde es rico en antioxidantes, lo que podría favorecer la regeneración y la protección celular frente a posibles daños externos, radicales libres o metales pesados que, en un futuro, serían causa de numerosas enfermedades. Los polifenoles son el tipo de antioxidante más común en su composición. Estos antioxidantes se encuentran en mayor proporción en el grano verde y parte se pierde durante el tueste del grano, pero aún así el grano tostado sigue conteniendo una cantidad relevante.
Aporta vitaminas
El café es una bebida que contiene diferentes vitaminas del grupo B que se relacionan con el buen funcionamiento del metabolismo a distintos niveles neuromusculares como B2, B3 o niacina, B5 que aporta el ácido pantoténico de su composición, B9 o ácido fólico, B12 por su contenido en riboflavina y colina (un nutriente esencial y necesario para el funcionamiento de distintos músculos y órganos). Así mismo, también contiene vitamina K
Contiene minerales
En la composición del café encontramos la presencia de diferentes minerales. El más relevante es el potasio (4000 mg por cada 100 g), pero también podemos encontrar magnesio, fósforo, selenio, sodio, calcio, hierro o zinc. Todos ellos son necesarios para diferentes funciones del cuerpo humano como la formación de hueso, la producción de hormonas o la regulación del sistema cardiaco.
Ayuda a perder peso
Una de las propiedades de la cafeína es que favorece la termogénesis. Se trata de un proceso metabólico por el cual el cuerpo humano genera calor y regula su temperatura. Este proceso permite quemar grasas, motivo el por cual diferentes fuentes señalan que el café, siempre dentro de una dieta equilibrada y adecuada, puede favorecer la pérdida de peso, especialmente si se combina con un plan de pérdida de peso completo que incluya dieta y ejercicio físico.
Es bueno para el corazón y las enfermedades coronarias
Tomar entre una o dos tazas de café al día podría ser bueno para el corazón ya que ayudaría a prevenir la insuficiencia cardiaca y las enfermedades coronarias, como han tratado de demostrar diferentes estudios al respecto. Quizás el efecto estimulante de la cafeína nos haga creer lo contrario, pero con moderación afirman que una bebida apta incluso para personas hipertensas. Como cualquier información que atañe a la salud, estos hipotéticos beneficios no están 100% contrastados aunque sí es cierto que el café pese a la creencia popular no hay evidencia científica de efectos negativos sobre el corazón.
Es bueno para el hígado
Uno de los beneficios que se relacionan con el consumo de café, y particularmente con todos sus componentes distintos a la cafeína, es su capacidad para proteger el hígado mediante la reducción de las enzimas hepáticas. Su consumo se relaciona con una mejoría en la salud de las personas que padecen enfermedades como hígado graso, fibrosis o cirrosis (cáncer), con independencia de si consumimos café normal o sin cafeína.

Ayuda a prevenir y tratar Parkinson, Alzheimer y otras enfermedades degenerativas
Desde hace varios años se estudia la relación entre el consumo de café y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. La conclusión de todos ellos es que el consumo regular de café podría reducir la probabilidad de padecer estas dolencias en el futuro. Un estudio publicado en la revista científica 'Neurology' demuestra que la cafeína contenida en esta bebida puede mejorar la movilidad de aquellas personas que sufren la enfermedad del Parkinson. Al margen de cómo puede beneficiar el café en este tipo de patologías (habría que personalizar cada caso y consultar siempre con un médico especialista), el café está considerado como una bebida muy beneficiosa para luchar contra el deterioro cognitivo al estimular la actividad cerebral, mejorar la memoria y la concentración.
¿Cuáles son las contraindicaciones del café?
Ahora bien, ¿es cierto que esta bebida puede tener contraindicaciones? Al margen de que algunas personas no puedan tomar café —ya sea por intolerancia o por padecer alguna patología en particular—, es importante saber que un consumo excesivo podría ser perjudicial para nuestra salud. El consejo es, siempre, tomar café con moderación. Pero, ¿qué entendemos por demasiado café? ¿Cuál es el máximo de cafeína diario que podemos tomar sin riesgo de dañar nuestro organismo? Cualquier efecto positivo puede ser adverso según la persona. Si se presentan los siguientes síntomas muy posiblemente se está consumiendo un exceso de café.
Genera insomnio y problemas del sueño
El mismo efecto estimulante que puede ser beneficioso para ciertas personas podría ser contraproducente para otras. El café en exceso puede generar episodios de insomnio que impedirían conciliar el sueño y por tanto descansar. El contenido en cafeína de esta bebida altera el sueño al influir sobre el sistema nervioso generando inquietud.
Crea ansiedad, irritabilidad, estrés y nerviosismo
Un exceso de café puede provocar ansiedad, irritabilidad y estrés que conviene tener en cuenta. En este sentido, la cafeína puede actuar sobre el organismo imitando y modificando las funciones de la adenosina. Esta sustancia química puede influir en nuestra sensación de cansancio y sueño, haciéndonos sentir más cansados y somnolientos de lo normal.
Puede provocar náuseas
Tomado con moderación, la cafeína del café puede resultar inofensiva. Sin embargo, al dejar de consumir una dosis a la que estamos habituados, o consumido en exceso, se podrían generar episodios de náuseas o molestias gastrointestinales entre otros efectos adversos a tener en cuenta.
Afecta a la presión arterial
Al consumir café podría aumentar nuestra presión arterial por el efecto de la cafeína o mejor dicho, por las diferentes reacciones que puede provocar en nuestro organismo según nuestro nivel de tolerancia. Si tienes la presión arterial alta, lo más recomendable es consultar con un especialista si el consumo de café podría tener efectos negativos en tu salud. Evita el consumo de café antes de realizar actividades que por sí mismas podrían aumentar tu presión arterial como el ejercicio o trabajo físico intenso. Según un estudio publicado en 2019 por 'The American Journal of Clinical Nutrition', superar las seis tazas diarias aumentaría el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular hasta en un 22%.

Crea acidez o problemas gástricos
Los distintos componentes del café pueden provocar diferentes problemas estomacales por la acción de ácidos como el ácido málico, el ácido cítrico, el ácido tartárico o el ácido acético. Cada café, en función de su composición, podría provocar la aparición de este tipo de sustancias en nuestro organismo, lo que se traduce en episodios de acidez o problemas estomacales que vale la pena considerar.
Genera manchas en los dientes
El consumo continuad de café puede dar lugar a la aparición de manchas en los dientes y al temido efecto de amarilleo. Estamos ante una bebida con colorantes que puede afectar al esmalte de nuestros dientes. Por eso conviene limpiar la boca tras consumir café y mantener una buena higiene bucal y buenas rutinas de aseo para evitar este efecto indeseado. En este sentido, evita en la medida de lo posible añadir azúcar, que contribuye a la formación de caries y por tanto de manchas en el esmalte.
Puede aumentar el colesterol LDL
El consumo excesivo de café se asocia con el aumento de colesterol LDL, especialmente cuando hablamos de ciertas preparaciones como el café espresso. En realidad, el café no contiene colesterol, pero sí podría contener determinadas sustancias que influyen en los niveles de colesterol en el organismo, y no se trata de un efecto que podamos achacar únicamente a la cafeína, sino más bien al resto de componentes.
Si sufres alguno de estos síntomas, lo recomendable es observar si el café podría ser una de las causas y en ese caso, moderar su consumo diario. En cualquier caso, el consejo es acudir siempre a un médico especializado en nutrición y dietética para que sea él quien determine en cada caso si es o no recomendable el consumo de café.
¿Con qué acompañar el café?
Ha llegado el momento de sentarnos y disfrutar del sabor y la versatilidad que nos ofrece el café en la cocina. Y es que, además de consumirse bebido como parte del desayuno, del almuerzo, de la sobremesa o de la merienda, puede ser parte y/o protagonista de deliciosas recetas dulces.

Una de las bebidas más refrescantes que podemos preparar en verano es, de hecho, el granizado de café. Aunque si eres más goloso, puede que te apetezca más disfrutar del clásico helado de café, cremoso y muy fácil de preparar. Es ideal para tomarlo como merienda y también una deliciosa opción de unir el postre y el café con leche de después de comer.
Otras recetas tradicionales de la repostería caen rendidas también a los encantos del café, empapándose de todo su sabor y su intensidad. Podemos degustar por ejemplo un flan de café o una delicada y esponjosa mousse de café. Pero si hablamos de postres con café, no puede faltar el clásico tiramisú, uno de los dulces más emblemáticos de la gastronomía italiana hecho con queso mascarpone, café, bizcochos de soletilla, huevos, azúcar y cacao en polvo.
A la hora de tomarlo, podemos acompañarlo de infinidad de bocados; si eres más goloso, puedes tomarte tu café favorito junto con una porción de bizcocho, tarta o de unas galletas caseras; si eres más de salado, en el desayuno puedes tomarlo con unas tostadas con aguacate y huevo, o las clásicas con tomate natural, aceite de oliva virgen extra y sal.
Sea como sea, la cultura del café ha traspasado todas las fronteras y cada vez son más las firmas y hosteleros que siguen reinventando con sabores, combinaciones y aromas nuevos capaces de sorprender al cafetero más exigente.
¿Es posible que existan tantas formas de tomar café como personas hay en el mundo? Desde el solo, al cortado o al cappuchino, del macciato al ristretto o del bombón al café con hielo, el café se prepara, se sirve y se reinventa al gusto del consumidor, demostrando que sus posibilidades son casi infinitas. ¿Eres de los que sabe apreciar el sabor, el aroma y la calidad de un buen café? Si has llegado hasta estas líneas suponemos que sí, así que dinos: ¿Cuál es para ti el café perfecto? ¿En qué momento del día lo disfrutas más?