Si bien el boletus se definió en principio como un género de hongos que agrupaba a todos los que tienen el himenio -la parte inferior del sombrero- con poros, con el tiempo se han separado de la familia principal a otras setas con esta característica, como los tylopulis.
Al pensar en boletus a todos se nos viene a la mente un tipo de seta determinado, de pie abombado, carnoso y blanco, con un sombrero amplio y grueso de color pardo. Es la seta que todos esperamos encontrar cuando vamos al bosque: el famoso boletus edulis, uno de los hongos más valorados en el mundo de la gastronomía. Pero además del edulis, existe una gran variedad de boletus que podemos encontrar en nuestras rutas micológicas.
Si el edulis es el rey del otoño, otros boletus aparecen en verano, como el reticulatus, de color avellana. Y si estamos en una zona de pinos, deberíamos estar atentos a la presencia del boletus pinophilus, cuyo sombrero tiene color caoba. El boletus aereus tiene un sombrero más pequeño y manchas negruzcas, aunque su carne es blanca. El boletus erythropus lo podremos encontrar durante el verano y el otoño en zonas de coníferas. Parecido al edulis, pero con tonos amarillentos, requiere ser bien cocinado antes de consumirlo.
Otros boletus más raros de encontrar serían el regius, que crece bajo los melojos, el spretus, reconocible por su sombrero de tintes rosados, o el impolutus, que encontraremos, con mucha suerte, junto a encinas o alcornoques.
Con más de 300 miembros, la familia de los boletus es muy grande y apreciada. Aunque hay que tener cuidado con algunos de ellos, como por ejemplo el boletus satanás, de sombrero blanco y pie rojo y amarillo, que emite un olor desagradable. Otro que debemos evitar es el rhodoxanthus, de pie amarillo anaranjado, que se vuelve rojo oscuro en la madurez. Si cortamos su sombrero, veremos que es azulado por dentro.
La mayoría de boletus comestibles son muy apreciados, tanto por la textura de su carne como por el sabor y la fragancia que emiten al ser cocinados. Se pueden usar tanto en guisos como en conservas. Debido a su carácter estacional, el boletus se suele vender deshidratado. En el caso de que tengamos boletus frescos, se pueden preparar de manera sencilla, a la plancha o salteado con otras verduras, o bien usándolo para preparar una salsa, que marida tanto con carne como con pescado.
Otro de los platos estrella que se puede preparar con el boletus es un rico risotto, o bien una tapa típica española, la croqueta. Si nos gusta especialmente el sabor de este tipo de hongos, también podemos preparar una crema, con la que podremos disfrutar de toda su fragancia e intensidad. Eso sí, preparad la cartera, ya que los boletus no se pueden cultivar como otras setas y su precio de mercado es bastante alto.