Cree que nació siendo cocinero, aunque reconoce que a los quince años fue cuando decidió convertirse en ello. No le gustaba demasiado estudiar y, como contrapartida, debía echar una mano en la taberna de su padre, en su Bailén natal. Lejos de ser una condena por la que lamentarse, era un regalo que aprovechar. A Jesús Moral le gustaba el trajín de la hostelería y mucho más meterse entre fogones.
Por eso, cuando sobrepasó la mayoría de edad, se metió en la escuela de hostelería La Laguna, de Baeza, donde se preocupó por aprender todo lo posible. Estudió, practicó y se machacó, hasta terminar haciendo sus prácticas en un templo gastronómico tan insigne como el de Nacho Manzano, Casa Marcial, del que cuelgan dos lustrosas estrellas Michelin.

Aquel fue el punto definitivo. La experiencia que lo marcó. El empujón que necesitaba para llevar adelante esa cocina intuitiva e imaginativa que se atisbaba en su día a día. De vuelta en casa trabajó en la jienense Casa Antonio, junto al chef Pedro Sánchez, para terminar volviendo a la taberna familiar, a la Casa Miguel.
Allí sería donde hace apenas un año, su padre acondicionaría un espacio contiguo en el que su hijo pudiese desarrollar su propuesta en un ambiente acorde. Nacía la Taberna de Miguel. Y a ella comenzaban a llegar entendidos de la zona.

Una cocina palpitante, rebosante de creatividad, buen hacer y seriedad, en la que subyacen ganas irrefrenables por innovar, por crecer. Apenas levemente reveladas en los platos que de diario ofrece, tradicionales y con pequeñas diferenciaciones con el fin de sobresalir del entorno, y plenamente manifestadas en el menú degustación, que hay que solicitar por adelantado. Una propuesta que ha acercado hasta la localidad a un buen número de críticos, periodistas y compañeros de profesión.

Un trabajo bien hecho, posible gracias a ese propio espacio que le permite expresarse sin ambages, que mereció la atención de Madrid Fusión y una de las citas ineludibles que contiene, el premio Cocinero Revelación al que el jovencísimo profesional, de 21 años, estuvo nominado. Por «un desparpajo impropio de su edad y un sentido estético avanzado» que «entremezcla conceptos de la alta cocina clásica con recetas populares jiennenses». Los responsables apuntan que «no inventa nada, pero adapta todo lo que ha aprendido a su propia manera de cocinar con resultados espléndidos». ¿Resultado? Jesús Moral es el Cocinero Revelación de 2017.
Un restaurante —y sobre todo, un cocinero— a los que no perder de vista.
Taberna de Miguel
Calle María Bellido, 12023710 Bailén (Jaén)
615415028
www.facebook.com/pages/Taberna-Casa-Miguel/152070994861784
Española
30€-70€