Javier Ruiz al frente de los fogones y Ángel María Carabias en sala son los responsables de un proyecto que parte de una carta cercana, de cocina tradicional pero renovada para resultar vigente y sorprendente. Su propuesta atrae tanto al público oriundo de la zona como a los visitantes de Noja y otras poblaciones cántabras cercanas.
El interiorismo, de estética actualizada y minimalista en la que predominan los colores claros y la geometría marcada se combina con las vistas a una de las zonas del vecino campo de golf. Desde una de las salas se observa el brillante y verde espacio de deportes, mientras que en los reservados la atmósfera es más recogida e íntima. En contraste con los suelos y otros elementos, un mobiliario en tonos oscuros que crea un interesante contraste cromático. En los meses cálidos su terraza exterior es un espacio de disfrute total.

Dos de los últimos menús –el Raíces y el Secuencias– contienen paseos de distinta duración por la interesante despensa cántabra, siendo el Raíces el más apegado al terreno. En él encontramos platos como la jibia de Noja con garbanzos especiados y caldo de sus tintas o un arroz marino con algas del litoral. Una de las pruebas del buen arte para mezclar lo local con lo internacional son las lecheritas en teriyaki sobre un parmentier, plato que se redondea con la presencia del calamar. Antes de llegar a esta creación de mar y montaña, un sabroso gambón al ajillo templado al momento o un steak tartar ligeramente picante y yodado.

En el Secuencias los momentos se agrupan de tres en tres, dando lugar a coreografías como la de la cuajada de foie gras y leche de cabra, manzana verde y caviar de arenque; papada de Duroc, carabinero y jugo de sus carcasas y cocochas de bacalao, escabeche y avellana. Este menú destaca por su duración y su exploración de grandes materias primas que juntas son una explosión de conocimientos culinarios y dominio técnico. Productos norteños como la carne de vaca rubia gallega madurada que comparten tiempo y espacio con aves como el pato azulón escoltado por una guarnición de frutos rojos y lácteos.

En los dulces también figura un interés por lo propio, tan natural y cercano, tan irresistible y repleto de tradiciones. Los mejores quesos de Cantabria se presentan en distintas texturas y se acompañan de pan dulce. Otro de los encuentros dulces incluye frescas moras, vino y el contraste con un punto amargo del chocolate. Más goloso resulta el bizcocho fluido de avellanas, una irresistible tentación que acaricia el paladar.
Los vinos corren a cargo de María Teresa Gutiérrez, la sumiller encargada de aconsejar los caldos que aparecen en la carta y recorren las distintas y numerosas denominaciones de origen de España.
Sambal
Calle el Arenal, s/n39180 Noja (Cantabria)
942631531
sambalrestaurante.com
Cántabra, Española
40€-70€