Restaurante Víctor Gutiérrez, fusión de experiencias

Es la estrella Michelin más longeva de Castilla y León. Un restaurante asentado sobre los pilares del producto, la técnica y el sentimiento. Un espacio gastronómico evolutivo con «alma española, corazón peruano y matices del mundo» en el que los sabores de tres continentes se dan a conocer con la sinceridad de una cocina que no ha dejado de crecer ni de evolucionar. Es el restaurante homónimo de un chef genuino, Víctor Gutiérrez.

Nació en la zona del Amazonas un año muy especial, como él dice. «Mientras unos llegaban a la luna… yo aterrizaba en este planeta». Era 1969. Con diecisiete años se marchó a la antigua Unión Soviética becado para estudiar Arquitectura, pero acabó conquistado por la restauración. En el 89 llegó a España, trabajó en todos los puestos en los que se puede trabajar en un restaurante, estudió cocina en escuelas como la de Girona o Salamanca y finalmente en el 92, un año tan importante para el país, se instaló definitivamente en esta última ciudad.

Restaurante Víctor Gutiérrez

Previo paso por varios establecimientos apreciados, en el año 2001 decide comenzar su propio proyecto. Sería un espacio con su nombre, reflejo de su amplio bagaje, de sus experiencias, de sus viajes y su crecimiento, tanto personal como profesional. Tomaba forma el restaurante Víctor Gutiérrez.

En su nuevo emplazamiento frente al Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León y a solamente unos minutos de la emblemática Plaza Mayor salmantina, la cocina del suramericano se muestra en plenitud, con el ambiente adecuado para una más que satisfactoria y tranquila degustación. El planteamiento se basa en el mercado y en la temporada, respetando siempre el producto a través de las técnicas más adecuadas.

Restaurante Víctor Gutiérrez

Por un lado tenemos dos menús degustación, uno más corto y otro más largo, ambos llamados «Raíces», y por otro una carta de temporada. Las tres propuestas, teniendo en cuenta sus motivaciones, están siempre en constante evolución. Sin platos fijos ni recetas que perduren para siempre. La naturaleza manda y la creatividad de este chef se adapta a ella de la mejor manera posible prestando atención a lo local y dejándose influenciar por sus orígenes. Platos mediterráneos, otros peruanos y algunos de inspiración japonesa, con presentaciones realmente sorprendentes, son la tónica dominante.