Maido, un amor ferviente e irremplazable

Dicen que en Japón hay muchas formas de decir bienvenidos, pero que ninguna tiene tanto significado como maido. Por eso, este vocablo da nombre al restaurante y el razonamiento está presente en él. Simboliza la intención de hacer sentir al comensal como en casa y demuestra, al mismo tiempo, la veneración que aquí se profesa a una cultura como la japonesa en encuentro con la peruana.

Porque sí, el restaurante Maido es cocina nikkei. Probablemente el establecimiento que mejor muestra este encuentro de gastronomías en el mundo. El lugar a visitar por cualquiera que estime esta comida y su magia. La conjunción de ingredientes de dos mundos tan diferentes y, sin embargo, tan complementarios. Como si estuviesen hechos los unos para los otros.

Maido

Mitsuharu Tsumura, conocido como Micha, abrió este templo gastronómico tras un amplio bagaje. Cuando llegó el momento de decidir a qué iba a dedicarse, optó por la cocina influenciado esencialmente por una de sus abuelas. Una a la que no conoció, pero de la que heredó el buen gusto. Pasó por Estados Unidos, se marchó a Japón, a reencontrarse con sus orígenes, y finalmente volvió a Perú, a Lima, encargándose de los fogones de grandes hoteles.

Maido

Entonces, tuvo delante la posibilidad de convertirse en el gerente general más joven del mundo. Sin embargo, no quiso renunciar a su verdadero sueño: abrir su propio proyecto, su propio restaurante. Nació Maido, el fruto de su profunda pasión por la gastronomía nikkei, «un amor ferviente e irremplazable».

En el restaurante dicen que el cocinero no es el protagonista, a pesar de ser uno de los mejores del mundo. Sino que lo son las materias primas, el género de la mejor calidad que en sus manos compone creaciones únicas a través de texturas y sabores que se desconocen. Porque la vida, afirman, «es movimiento». Porque «nada es estático ni absoluto». Ni la cocina, que vive de influencias, experiencias y circunstancias. Siempre adaptándose, siempre evolucionando en una dirección u otra.

Maido

Así siente su oficio Micha y así lo lleva a cabo. Con ideas claras, con bases asentadas y mucha verdad. Siendo fiel a la tradición y a sí mismo. Llevando a la práctica la pura ortodoxia e imprimiendo en ella parte de su espíritu libre, siempre teniendo a la culinaria peruana como inmediata inspiración. Con el ADN de la cocina peruana, los ajíes, y el de la japonesa, la soja, como base esencial compone platos de altura. Sushis, ceviches, gyozas, lomos salteados, diversas clases de pasta con un toque muy original, leche de tigre estilo nikkei, pulpo, tartares o tiraditos componen una propuesta en constante evolución. Su menú degustación, con gran parte de lo mejor de su carta, es la opción más recomendable.